Evocar desde el verbo preciso a Lope de Vega Carpio, uno de los principales representantes del grupo de poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español, resulta una de las distinciones más significativas del soneto Arte poética, de Reinol Cruz Díaz, ganador del primer premio del III Certamen de Soneto Calderón de la Barca.
Convocado por el sitio web Letra con espada, desde la ciudad de Toledo, España, ese texto evidencia el dominio pleno de este auténtico espirituano en el ritmo del endecasílabo clásico.
“El soneto es como una prueba de fuego. Exige de muchos ejercicios de escritura para lograr que su estructura de 11 sílabas funcione”, dice, quien ha merecido varios reconocimientos en otros certámenes internacionales y nacionales y a quien se le dedicó el VII Festival Toda luz y toda mía, en Sancti Spíritus.
Reinol Cruz Díaz desde hace varios años incursiona, además del soneto, en otras composiciones poéticas como la décima y el verso libre. Algunas de sus creaciones pueden disfrutarse en sus tres libros: La última puerta (2001), Bajo el signo de los olvidados (2005) y Atributos de la luz (2011), todos bajo el sello de la Ediciones Luminaria.
“Cada escritor sabe qué le resulta más cómodo y en mi caso es el lenguaje poético. Con este premio recuerdo con mucha nostalgia las veces que fui finalista en el otrora Cuba soneto que se realizaba en Taguasco. Ojalá se retome un día, pues eran muchas las personas que lo esperaban y asistían”, refiere, quien, además, obtuvo lauros en el Evento Iberoamericano de Décima Villa Azul 2001 y en el Perfiles de mi ciudad, auspiciado por el municipio guantanamero de Baracoa.
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