El paicheo pirarucú, que desde la década del 80 habita en la presa Higuanojo de la provincia, por primera vez se somete a un sistema de vida en estanques de la Estación de Alevinaje, donde, luego de que alcance el tamaño ideal y la maduración sexual, será objeto de reproducción.
La experiencia, única de su tipo en Cuba, ya se aplica en países como Perú y otros que se incluyen en la cuenca amazónica, al ser el paiche una fuente abundante de alimento y estar limitada su captura, debido a la sobreexplotación a que ha estado sometido por años.
Pedro Plasencia Sosa, director de la Estación de Alevinaje, ubicada en el municipio espirituano de La Sierpe, declaró a Escambray que para crear el banco de reproductores se capturaron unos 250 alevines, de alrededor de 450 gramos de peso, por los pescadores del embalse El Níspero, en Yaguajay, donde existe, desde hace poco tiempo, una representación de ejemplares juveniles, depositados allí como parte de las acciones de la Acuicultura para proteger el paiche.
Hoy se reportan valiosas experiencias que demuestran la viabilidad de la paichicultura, pues luego de un período de adaptación se reproduce naturalmente en estanques de tierra y pueden ser alimentados con dieta balanceada, peces frescos, forraje, incluso con un alimento artificial que se elabora en la propia estación a partir de miel, algas, materia orgánica y otros productos.
OTRAS DOS ESPECIES EN DESARROLLO
El propio Plasencia Sosa aseveró que en el caso del pez denominado bagre del canal, presente en ese centro desde hace un año, este mes comenzarán a realizar las primeras capturas que se procesarán en la Industria Pesquera de Sancti Spíritus.
“Estamos aspirando a obtener unas 5 toneladas de esta especie, las cuales servirán para sustituir importaciones, pues por la textura y el sabor de su carne resulta ideal para la elaboración de filetes con destino a las ventas en divisa”, explicó Plasencia.
En ceba están también los langostinos de agua dulce, un crustáceo que debe aportar las primeras capturas para la comercialización, cuando se envíen a la industria ejemplares que ya posean un peso de entre 60 y 100 gramos de peso.
Esta especie es un poco más compleja en su desarrollo, pues primero fue preciso obtener animales para el banco de reproductores y luego llevar a la ceba los que quedaron fuera de la selección realizada por los especialistas.
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