Si se mantiene la endemia de la COVID-19 en Cuba, el primer rebrote de la enfermedad debe ocurrir a mediados de noviembre, lográndose estabilizar a lo largo del tiempo, al igual que ocurre con los susceptibles, informó a Cubadebate el decano de la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana, Raúl Guinovart Díaz.
Explicó que al inicio de la enfermedad la curva crecía entre susceptibles y enfermos; luego va disminuyendo hasta casi cero el número de infectados como pasa ahora al lograrse controlar la enfermedad, pero luego habrá un rebrote con un pico más discreto debido a que queda una población susceptible muy grande.
“Más adelante la curva vuelve a decrecer y luego seguiría al infinito a menos que cambien las condiciones actuales (todo el mundo se contagie o surja una vacuna)”, afirmó.
Lo ideal es tener este punto más pegado a cero para tener menos enfermos, los rebrotes te inmunizan a más personas pero fallecen otras tantas, amplió el profesor.
Destacó que una simulación realizada pronostica que habrá un 70 por ciento de la población que será susceptible a lo largo del tiempo, y un 0,4 por ciento de personas con la enfermedad, siendo este un comportamiento similar al que ocurre en varias enfermedades, como el caso de la gripe.
Pedro Más, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, alertó que aunque durante los rebrotes u oleadas las cifras serán menos, no se debe subestimar este fenómeno.
Para el primer rebrote se estiman unos 285 casos activos, y por tanto habrá que tener listos un grupo de recursos para ese momento, afirmó.
Se impone mucha más organización en el futuro, sobre todo porque estas actividades que realizamos a nivel central, en algún momento se tendrán que descentralizar y cada provincia deberá aprender los protocolos de tratamiento y aplicarlos de manera eficiente aunque nunca haya atendido un caso con la COVID-19, señaló.
Los especialistas precisan que se debe tener en cuenta que en alguna fase se contempla la apertura de los vuelos internacionales y “aunque ahora tenemos controlada la epidemia, cuando comiencen a llegar más personas de los Estados Unidos, por ejemplo, que es donde tenemos la comunidad de cubanos en el exterior más numerosa, la situación será más compleja.
Lo importante en esta nueva fase es utilizar todas las herramientas tecnológicas que se han desarrollado y darle un seguimiento a los nuevos casos positivos y sus contactos”, dijo.
Destacó que una endemia como esta impone trabajarla de forma muy fina y precisa, sentir que cada nuevo caso es como si hubiera mil.
La proyección del equipo de epidemiólogos, modeladores matemáticos, geógrafos y otros especialistas que desde hace meses analiza el comportamiento de la enfermedad en la Isla es que para el día 80 (30 de mayo) Cuba esté en fase de endemia, pero La Habana, epicentro de la COVID-19 en el país, se mantendrá reportando activos hasta los 120 días (10 de julio).
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.