Sobre un vertimiento que se presumía de aguas albañales y persistía desde hacía meses en la calle Mayía Rodríguez, entre Céspedes y Martí, de la cabecera provincial, dábamos cuenta en este mismo espacio a finales de agosto pasado.
La carta contentiva de la insatisfacción había sido enviada por Jorge García Hourruitiner, vecino de otra barriada y habituado, dada la frecuencia con que transita por el lugar, a ver la perforación abierta en la calle, desde la que brotaba el líquido.
Este medio de prensa comprobó aquella vez que se trataba de un trabajo iniciado y no concluido, ya que compañeros de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Acueducto y Alcantarillado en el municipio perforaron la vía en un sitio próximo a la acera y luego no regresaron al lugar.
Dado que el jefe de operaciones de la citada UEB autorizó a una vecina necesitada de instalar su acometida de agua a retirar el hormigón partido, ella lo hizo, pero dejó los trozos de asfalto a un lado de la calle y estos agregaban fealdad al lugar. Franklin Lantigua Moreno, director adjunto de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado Sancti Spíritus, explicó entonces acerca de las dificultades a que se enfrenta su personal para acometer los trabajos, entre ellas la escasez de equipos.
Pero antes de publicar el material, Alejandro Musega González, especialista principal de operaciones en la citada UEB, informó vía telefónica a esta reportera que el salidero, que en verdad no era de albañales, dijo, sino de agua potable, quedaría suprimido el viernes 28 de agosto, gracias a la colaboración de la empresa provincial, que ayudaría con las excavadoras.
Sin embargo, no sucedió así. Lo alertaría posteriormente el propio remitente de la queja y lo confirma ahora a Escambray Humberto Concepción Toledo, delegado de la Circunscripción No. 118 de la cabecera provincial. Él asegura que en septiembre tramitó el asunto con el presidente del Consejo Popular Parque, con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del municipio y con la vicepresidenta del Gobierno local, quien estuvo presente en una reunión donde se ventiló el caso.
“Todo sigue igual, con la excepción de los fragmentos de asfalto, que sí fueron retirados”, dijo, y agregó que el foco de infección se complica debido a que más arriba, en la misma cuadra —se trata de una elevación—, reside un anciano enfermo beneficiario de un subsidio, a quien le repararon el domicilio, pero lo dejaron sin conexión a la red de alcantarillado. “Todos los desechos de esa casa salen a la calle y corren hacia abajo”, especificó.
¿No es que se aboga por que los trabajos se realicen con la debida calidad? ¿Quién supervisa que eso se cumpla? ¿Cómo se puede informar a un medio de prensa lo que en realidad no sería hecho?
Se trata de dos problemas que convergen y tienen, de seguro, responsables diferentes. Escambray reclama una explicación al respecto, ya que, indirectamente y sin proponérselo, mintió a sus lectores. Explicar sería el primer paso, porque lo verdaderamente importante es dar solución al veterano salidero y también a la situación del anciano solo, que atenta contra el cuadro epidemiológico de esa zona en el norte de Sancti Spíritus.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.