Con retoque en su traje constructivo, nuevas concepciones en su formación y un riguroso protocolo sanitario, abrirá sus puertas la EIDE Lino Salabarría Pupo para reiniciar y concluir el curso escolar-deportivo 2019-2020.
De acuerdo con Roiman Figueredo Toledano, director del centro, este primero de septiembre entrarán los 810 estudiantes que tenía la escuela al momento del cierre por la COVID-19 en marzo pasado, incluidas las 55 bajas.
Recalcó que, aunque se trata de una institución básicamente deportiva, la prioridad en este caso será el proceso docente a fin de culminar el curso. “Las tres primeras semanas estarán dedicadas a la consolidación de los contenidos impartidos con anterioridad, en la cuatro y la cinco se aplicarán las pruebas, la seis será para los exámenes de extraordinario y en la séptima y la octava se realizará el proceso de entrega pedagógica que se hace cada año para determinar la matrícula de la próxima etapa lectiva”.
En cuanto al tema deportivo, explicó que en julio se aprobaron los planes de entrenamiento para estas ocho semanas en las que se laborará sobre la base de una preparación general del atleta sin trabajo técnico-táctico.
En relación con los preparativos del curso 2020-2021, Figueredo Toledano apuntó que se ha trabajado con la reserva deportiva que está identificada y existe un grupo de niños talentos a partir del alto rendimiento; esa es la base de la matrícula. En el caso de los que resulten baja por enfermedad o porque no vencieron los objetivos técnicos, se les informará oportunamente a los padres”.
Este recomienzo tendrá una particularidad al ser atendidos aquí los cerca de 40 alumnos atletas de esta provincia que se encuentran en los centros nacionales de alto rendimiento, que no abrirán en septiembre por la compleja situación epidemiológica de la capital del país. “Todos ingresarán al centro para recibir la docencia y también la preparación con los técnicos de la EIDE, con un control diferenciado”.
Sobre la organización de la parte docente, Odalis Pérez, subdirectora del centro, explicó que desde junio “se comenzó la preparación del curso con un modelaje de las condiciones sanitarias que tendríamos el primero de septiembre. Con la entrada de los profesores esta semana se trazaron las acciones para garantizar un buen cierre de curso con el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias para evitar afectaciones con la COVID-19”.
Refirió que para garantizar el aislamiento la matrícula total se dividirá en 39 grupos docentes: seis en primaria, 20 en secundaria básica y 13 en preuniversitario, cada uno con 15 o 16 alumnos por subgrupos.
“El receso se realizará de manera escalonada y al suspenderse los matutinos se propiciarán charlas por agrupaciones deportivas y grados, y el almuerzo y comida para los internos también se efectuará de manera espaciada según los horarios para que no haya aglomeración”.
A fin de limitar el acceso de personal al centro, se dispuso una sola entrada por la puerta principal, donde se realizará el debido pesquisaje de todos los trabajadores y estudiantes. “Los padres dejarán a los niños en la puerta y la auxiliar pedagógica se encargará de entrarlos al centro, en tanto las visitas se harán los miércoles de cinco de la tarde a diez de la noche”
“En el caso de las aulas —refiere Odalis— hemos establecido la desinfección de computadoras, televisores, mandos, los medios de enseñanza y los medios deportivos después de cada sesión. Lo mismo se hará en las escaleras, puertas. Contamos con el suficiente hiploclorito, aunque les pedimos a los padres que traten de darles a sus hijos loción hidroalcohólica o gel desinfectante, así como al menos tres nasobucos ya que este es de uso obligatorio”.
En lo referente a la Escuela para Profesores de Educación Física (EPEF), Annelise Carrazana Rodríguez, su directora, explicó que de los 290 estudiantes entrarán 110. “Solo comenzarán los estudiantes del diurno primer año y los atletas de segundo. Los restantes seguirán de práctica docente y preparándose con sus tutores pues en octubre tienen sus ejercicios culminantes, que serán teóricos”
Sobre las condiciones en que la EIDE enfrentará esta etapa, Figueredo Toledano significó: “Se dan los toques finales a la parte constructiva en los albergues, el teatro y el tabloncillo y se espera por la respuesta a los baños de la parte docente.
“Es un reto que enfrentan tanto los 140 técnicos del deporte como los 90 docentes. Una buena nueva es que para el cumplimiento de los protocolos higiénico-sanitarios contamos con un médico y cuatro enfermeras, aunque en esto debemos participar todos. Asumimos algo inédito que llevará más organización, disciplina y rigor, pero estamos seguros de que todo saldrá bien”.
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