Medios de prensa estadounidenses estiman este 20 de noviembre que son escasas las posibilidades del presidente Donald Trump de revertir los resultados de las elecciones del 3 de noviembre.
Publicaciones como The Hill, Politico y The New York Times, entre otras, coinciden en sus análisis de que los esfuerzos del equipo legal de Trump para anular los resultados caen en picada.
Según informes citados, la estrategia del exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani supone un intento prolongado de presionar a los legisladores republicanos de los principales estados en disputa para que aprueben a los electores favorables a Trump en lugar de certificar el voto popular de su estado.
La avalancha de litigios postelectorales probablemente contribuya en gran medida a la percepción entre los partidarios de Trump de que el voto estaba contaminado por un fraude generalizado.
Cerca de la mitad de los republicanos creen que Trump ganó las elecciones por derecho, pero que le fue robada por un fraude generalizado, y casi siete de cada 10 dijeron que las elecciones fueron amañadas, según una encuesta de Reuters.
Al respecto de esa estrategia de la Casa Blanca, Bill McCoshen, un político republicano de Madison, Wisconsin, afirmó que ‘otros tipos ya habrían cedido y agitado la bandera blanca y se habrían ido a casa’.
Sin embargo, apuntó, ‘Trump no es así, y por eso ganó la primera vez… Tiene una base ahí fuera que espera que luche y quiere que luche. Por lo tanto, él va a bajar balanceándose.’ Mientras persisten las alegaciones de presunto fraude en su contra, el presidente podría seguir protestando al menos hasta el 14 de diciembre, cuando los electores se reúnan en sus estados para emitir sus votos al Colegio Electoral.
Según Matt Moore, ex presidente del Partido Republicano de Carolina del Sur, ‘es difícil ver que el resultado cambie… aunque no hay mucho incentivo político para ceder’.
Hasta ahora, las acusaciones infundadas de fraude electoral del mandatario y numerosas demandas legales fracasaron a gran escala, y sus otras opciones para manipular el Colegio Electoral son extremadamente limitadas, estiman expertos y análisis de medios.
Sin embrago, hay alarma sobre la posibilidad de que los legisladores republicanos anulen el voto popular en sus estados y nombren electores favorables a Trump en caso de estancamiento en la certificación de los resultados electorales.
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