Convocados por sindicatos y organizaciones políticas de izquierda, franceses de diversos sectores vuelven a marchar en esta París y otras ciudades tras la decisión gubernamental de adoptar la reforma de la jubilación sin voto parlamentario.
La nueva jornada de protestas es una de las reacciones de los opositores en la sociedad al sistema universal de pensiones por puntos que impulsa el gobierno, ante el anuncio del primer ministro Edouard Philippe, el fin de semana, de la activación del artículo 49.3 de la Constitución de 1958, el cual permite aprobar un proyecto de ley sin necesidad del respaldo de la Asamblea Nacional.
Para la mayoría de los sindicatos, entre ellos la Confederación General del Trabajo (CGT), Fuerza Obrera (FO), la Federación Sindical Unitaria (FSU), los Solidarios y los Jóvenes, con esta medida se ignora el reclamo popular de retirar la reforma, que recoge una de las promesas de campaña del presidente Emmanuel Macron.
Agrupados en una Intersindical, criticaron la interrupción de los debates parlamentarios y acusaron al ejecutivo de apelar a la fuerza para imponer un proyecto de retroceso social con apoyo minoritario en la opinión pública.
Las manifestaciones se enmarcan en el movimiento de huelga activado contra la reforma el 5 de diciembre pasado, que llevó a las calles a cientos de miles de franceses ese día, el 10 y 17 de diciembre, el 9, 11, 16, 24 y 29 de enero, y el 6 y 20 de febrero.
Philippe esgrimió el sábado en la Asamblea Nacional que el gobierno recurre al artículo 49.3 de la Constitución porque sus opositores en el hemiciclo acudieron a tácticas antidemocráticas, en alusión a las más de 30 mil enmiendas presentadas por la izquierda, que estancaron las discusiones.
Diputados de La Francia Insumisa y el Partido Comunista introdujeron los cambios para frenar el avance del texto en la Asamblea, conscientes de la amplia mayoría oficialista en esa cámara y como un recurso de llevar a tal instancia el malestar de muchos franceses.
Tanto la izquierda como la derecha tradicional, representada en el parlamento por Los Republicanos, presentaron mociones de censura contra la aplicación del 49.3, propuestas que son votadas hoy, aunque con escasas posibilidades de éxito, ante el dominio de La República en Marcha y sus aliados.
La Intersindical y las organizaciones de izquierda afirman que la reforma de la jubilación golpeará el bolsillo de los retirados y beneficiará los intereses financieros de bancos, fondos y aseguradoras, mientras el gobierno asegura que será más justa y menos compleja que el actual sistema con 42 regímenes de pensiones.
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