Hace 30 años, por iniciativa de Fidel Castro y Luiz Inácio Lula da Silva, y a partir de la convocatoria del Partido de los Trabajadores de Brasil, en un contexto adverso para la izquierda en el mundo, y cuando muchos creían que el socialismo entraba en una crisis sin salida y claudicaban ante el avance del neoliberalismo y la derecha, se realizó en São Paulo, entre el 2 y el 4 de julio de 1990, el Encuentro de partidos y movimientos políticos de América Latina y el Caribe, rebautizado un año después como Foro de São Paulo.
El ánimo fundador del Comandante en Jefe aconsejó, en cada ocasión que tuvo, crear un bloque de fuerzas, y les convocó a luchar, a no entregarse en medio de las dificultades más grandes, como pasó en la sesión de La Habana, en 1993, cuando les habló a los líderes de la izquierda, a los movimientos progresistas, populares, revolucionarios sobrevivientes de aquella época, y les llamó a prepararse para la unión de América Latina y el Caribe.
«Pongamos, sin temor, la piedra fundamental de la liberación sudamericana, latinoamericana, caribeña, mundial», parafraseaba Hugo Chávez al Libertador Simón Bolívar, en la edición del Foro realizada en Caracas, en 2012, y en virtud del avance de las fuerzas progresistas en la región, subrayaba la necesidad de pasar a una nueva etapa de acciones concretas, en la defensa de la soberanía de los pueblos.
Después los vientos cambiaron, y comenzaron a soplar fuerte sobre las naciones los aires de la restauración neoliberal, que exigieron del concilio de São Paulo una resistencia a toda prueba. Seguía siendo un frente de combate que no debía perderse, con Venezuela como escenario decisivo.
En la sesión xxiv, en 2018, el Presidente Nicolás Maduro interviene como parte del encuentro que acoge La Habana, exalta el rol de Fidel y recalifica al espacio de concertación como «una idea maravillosa fundada por ese genio visionario de la humanidad»; en tanto, un año después, en el encuentro de la capital caraqueña, el Jefe de Estado cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, señala el campo de batalla principal al que debe acudir la resistencia progresista integrada en el Foro de São Paulo: «Cuando parece de nuevo que la derecha, en plena ofensiva restauradora, avanza incontenible en el continente, (…) Venezuela es hoy la primera trinchera de la lucha antimperialista».
En su discurso, el mandatario de la Mayor de las Antillas rememoró aquellas palabras de Fidel, del 14 de diciembre de 2004, en el acto de condecoración a Chávez con la Orden Carlos Manuel de Céspedes: «Hace mucho tiempo albergo igualmente la más profunda convicción de que, cuando la crisis llega, los líderes surgen».
Dijo entonces Díaz-Canel: «De Bolívar y de Martí nutren Fidel y Chávez el ideario de nuestras Revoluciones: unidad e integración fueron sus grandes obsesiones y deben ser también las nuestras. Conozco que también son esas las obsesiones del Foro de São Paulo».
En ocasión del aniversario 30 de ese espacio común para la defensa de los pueblos, Mónica Valente, secretaria ejecutiva del Foro refirió, en palabras exclusivas para Granma, que «fue en el marco de los debates, las reflexiones, el intercambio de experiencias e ideas del Foro de São Paulo que se crearon las condiciones políticas para las transformaciones políticas, económicas y sociales que hubo en América Latina y el Caribe en el reciente periodo.
«Allí maduraron liderazgos políticos y sociales, allí se fortalecieron los partidos y movimientos políticos antimperialistas y antineoliberales, allí se gestaron ideas concretas sobre el rol fundamental de la integración regional».
Y sobre la importancia de la continuidad vital de los encuentros, aseguró: «Las ideas y directrices del Foro de São Paulo se mantienen vigentes y actualizadas. Son esenciales para la lucha contra la pobreza y el hambre, en especial en el mundo pospandemia. El Foro sigue siendo instrumento fundamental para la consolidación de la unidad de los partidos populares, progresistas y de izquierda en América Latina y el Caribe».
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