La Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) acusó al gobierno del presidente Jair Bolsonaro de informar este 11 de junio insuficientemente sobre los casos de nativos muertos y contagiados por la Covid-19 en el país.
Según la entidad, al ocultar los datos, el Ministerio de Salud coopera con el ‘racismo estructural’ que limita el acceso a la atención sanitaria de estas poblaciones originarias.
El martes, el Gobierno federal anunció que dos mil 86 aborígenes se registraban infectados por el patógeno y 82 murieron.
Tales dígitos fueron anunciados por el secretario Especial de Salud Indígena de la cartera, Robson Santos, quien agradeció a la divina providencia, al reconocer que las cifras podrían ser peores.
Sin embargo, el estudio de la APIB muestra que dos mil 886 indígenas fueron contaminados entre abril y junio. En total, 256 fallecieron, con 89 óbitos solo en los primeros ocho días de junio. La divergencia entre los guarismos está en el método.
El Gobierno federal decidió no tener en cuenta a las comunidades indígenas que no son pueblos, es decir, los que se encuentran en zonas demarcadas y rurales, excluyendo a los que viven en áreas urbanas y territorios en conflicto.
La APIB mantiene un sistema particular de verificación de datos, con información transmitida por los líderes dentro de los territorios, legalizados o no, en zonas urbanas o rurales.
‘Los datos que difunde el Ministerio de Salud son datos insuficientes, porque no representan la totalidad de los casos. Por lo tanto, estamos haciendo nuestra propia encuesta’, afirmó Luiz Eloy Terena, abogado de la organización.
Alertó que el Gobierno no tiene en cuenta a los indígenas que están fuera de los pueblos. Allí tenemos varias situaciones, son nativos que están en tránsito, porque estudian o trabajan.
‘Tenemos casos de indígenas que viven en ciudades, comunidades originarias que ya están en un contexto urbano y sean formado en la periferia de las ciudades’, remarcó.
Para Eloy, los datos han escapado al ‘racismo institucional’ y, de hecho, esta pandemia muestra una faceta más del subsistema de atención sanitaria originaria.
‘Resulta una vergüenza para el propio Estado reconocer que no cuenta a los nativos fuera de sus pueblos. Si estuviéramos fuera de la aldea perderíamos nuestra identidad indígena’, subrayó el jurista.
En el gigante suramericano, se contabilizan 752 mil indígenas, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. De esa cifra, el 64 por ciento se encuentra en zonas rurales.
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