Lo que antes era un desecho, desde hace varias semanas se ha convertido en motivo de satisfacción para los trabajadores del matadero de reses Víctor Ibarra, de Sancti Spíritus.
Desde su ubre productiva se contribuye a revitalizar el sistema inmunológico de los cubanos como una contención preventiva contra la COVID-19.
El centro resultó uno de los cuatro escogidos en el país para la extracción del timo bovino destinado a la producción de medicamentos como la Biomodulina T, en el Centro Nacional de Biopreparados (BioCen) y que se aplica a personas vulnerables, sobre todo adultos mayores.
“La primera vez enviamos unos 5 kilogramos porque es difícil en animales de más edad, pero ya le hemos cogido el paso y enviamos otros 31”, explica Feliberto González García, director del centro. “Cuando nos llamaron de La Habana empezamos a indagar en Internet y en los libros, comenzamos a estudiar. Cuando llegaron acá el cálculo era que por cada 100 animales se podían obtener unos 2 kilogramos; sin embargo, hemos llegado a tener hasta 4.2”, añade el directivo.
Comenta que se auxiliaron de la sapiencia de un experimentado especialista en Medicina Veterinaria y profesor de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez. Se trata de Vicente Méndez, quien describe el timo bovino.
“Es un órgano linfoide esencial del sistema inmune en los animales, que está formado por dos lóbulos localizados por debajo de la tráquea, presenta una mayor actividad funcional durante los primeros años de vida y luego empieza a involucionar, pero aun así, observamos en el matadero espirituano bovinos que presentan timo de 16 a 20 centímetros de largo en cada lóbulo”, apunta.
De acuerdo con el especialista, entre las funciones de este órgano están la diferenciación de los llamados linfocitos T, que son las células del sistema inmune responsables de la inmunidad celular, la cual actúa como mecanismo de defensa para el control de infecciones contra virus y otros organismos intracelulares donde los anticuerpos no pueden actuar.
“Las células del timo son utilizadas en la terapéutica médica en diferentes trastornos, fundamentalmente hematológicos, de ahí que sean recuperados para la producción de biofármacos”.
Los nexos entre el matadero espirituano y el Centro Nacional de Biopreparados (BioCen) resultan elocuentes. Según información publicada por el periódico Granma, la Biomodulina T es un inmunomodulador fabricado a partir de productos naturales, con eficacia comprobada en el tratamiento de afecciones respiratorias en adultos mayores y está incluido entre los 22 medicamentos de primera línea para combatir la COVID-19 en Cuba.
La propia fuente indica que el fármaco, que se obtiene con buenos resultados desde hace más de 12 años en el centro, está destinado fundamentalmente a elevar el sistema inmunológico de pacientes enfermos y de forma profiláctica en el personal encargado de trabajar directamente con contagiados y casos sospechosos.
Citada por el propio órgano, la doctora Mary Carmen Reyes Zamora, refirió que, ante esta pandemia global, el BioCen ha planteado incluir la Biomodulina T en el tratamiento a personas con COVID-19 desde dos perspectivas: primeramente, respetando los protocolos éticos para la ejecución de ensayos clínicos, usar el fármaco en pacientes positivos al virus SARS CoV-2 en etapas tempranas, ya que está comprobado científicamente que la enfermedad disminuye los linfocitos T; por otra parte, se propuso el medicamento para su empleo preventivo en grupos de riesgo, o sea, ancianos y personas con enfermedades crónicas asociadas, tales como la diabetes mellitus y padecimientos cardiovasculares.
Este proyecto, según la doctora, se propone desarrollar ensayos clínicos en pacientes cubanos y en el extranjero en las siguientes inmunopatologías: hipoplasia tímica en niños, tratamiento complementario a la terapia antirretroviral en el VIH/SIDA, sepsis severa, terapia inmunorrestauradora en pacientes oncológicos sometidos a quimio o radioterapia.
El periódico, que cita también a Alexis Labrada Osado, director de Investigación y Desarrollo del BioCen, añadió que en los últimos tres años el centro ha triplicado los volúmenes de Biomodulina T, en buena medida por sustanciales cambios tecnológicos, que se han incorporado en la producción del fármaco.
De acuerdo con el especialista, actualmente se tratan alrededor de 20 000 pacientes con la capacidad productiva que presenta el BioCen, por lo que se estima que con el aumento planificado de los niveles productivos, se beneficiarían con Biomodulina T aproximadamente 100 000 personas en Cuba, lo cual daría respuesta a la vulnerabilidad de los grupos de riesgo del país ante la COVID-19.
A juzgar por la información ofrecida por Feliberto González García, el timo bovino, base de la Biomodulina T, tiene respaldo en el centro espirituano que sobrecumple sus planes. “Estamos diseñados para sacrificar 80 reses diariamente, pero en un momento dado hemos llegado hasta 140”.
Pero más allá del aporte productivo y económico, los trabajadores del matadero reciben hoy una trasfusión de vida. “El precio es insignificante, lo importante es el valor sentimental, el impacto que va a tener para la Medicina y la salud del pueblo. Cuba es Cuba, es el pedacito que nos toca, por eso vamos a seguir haciéndolo”, concluye González García.
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