El recién finalizado julio concluyó en la provincia marcado por las abundantes precipitaciones: a pesar de ser el mes que menos aguaceros aporta dentro del período lluvioso del año aquí, este 2020 hizo la diferencia al sumar una lámina media cercana a los 190 milímetros (mm), que representan casi el 120 por ciento del promedio histórico para este lapso.
Según el resumen elaborado por el Grupo de Pronósticos del Centro meteorológico provincial, esta situación estuvo asociada a varios fenómenos meteorológicos, entre ellos la incidencia más directa del tránsito de ondas tropicales por los mares al sur, la presencia de vaguadas y bajas superiores en combinación con un incremento de la humedad ambiental, además del calentamiento diurno y la inestabilidad vespertina propia de la época.
Sin embargo, el comportamiento de las precipitaciones no fue de manera uniforme: mientras en el interior del territorio las estaciones meteorológicas de Sancti Spíritus y El Jíbaro reportaron totales incluidos en una clasificación de normal (el 98.2 por ciento y el 112 por ciento de la media allí, respectivamente); en Trinidad llovió más del 175 por ciento; mientras que en Topes de Collantes la clasificación fue de poco lluviosa.
Los municipios que más precipitaciones sumaron fueron Yaguajay y Jatibonico, mientras que en La Sierpe llovió menos y en los restantes territorios se igualaron sus valores medios.
Puntualmente, en la estación hidrométrica del río Yayabo en la ciudad espirituana se totalizó el máximo acumulado del mes, 337.2 mm; mientras que el mayor reporte de lluvias en un día ocurrió en El Patio, Jatibonico, donde cayeron 104.2 mm.
El gran peso de las precipitaciones ocurrió en los primeros 20 días de julio y en general prevalecieron los reportes diarios de aguaceros aislados o dispersos, mientras que solo seis días ocurrieron de forma numerosa en gran parte de la provincia.
Durante el transcurso del mes sucedieron también cuatro Tormentas Locales Severas: dos en la ciudad espirituana con caída de granizos, una en Jatibonico también con esa particularidad y otra en Jíquima de Peláez, considerada como un tornado.
Por su parte, las temperaturas en general mantuvieron un comportamiento propio de la época, con diferencias inferiores al grado Celsius, excepto las mínimas medias que superaron muy ligeramente esa cifra en zonas del interior-sur y la montaña.
En cuanto al comportamiento de los ciclones tropicales, a pesar de que julio acumula una baja frecuencia de formación de estos organismos, durante el pasado mes se desarrollaron cinco tormentas tropicales y dos de ellas alcanzaron incluso la intensidad de huracán.
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