Esperanza Castro Quintero no conoce el descanso. Sin prisas, por su desempeño ha conquistado todo lo que una mujer podría desear: desde su realización como ingeniera civil merecedora de la distinción Profesional de Alto Nivel de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (Unaicc), hasta su meritorio quehacer vinculado al mundo de la ciencia y la técnica durante décadas por el cual ha obtenido innúmeros reconocimientos. Sin embargo, nada parece envanecerla cuando amanece cada día dispuesta ante nuevos desafíos.
Hace unos meses, conquistó el Premio Provincial por la obra de toda la vida que otorga la Delegación Provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), motivo por el cual Escambray abrió su agenda de interrogantes para ella en la Dirección Provincial de la Vivienda, donde actualmente labora como especialista que atiende los subsidios y la dinámica demográfica.
“Me gradué de técnico de nivel medio en Construcción Civil en Cienfuegos en 1980. Comencé mi vida laboral como analizador B en el Banco Nacional de Cuba, pero siempre quise seguir superándome y luego estudié Ingeniería Civil. Mi tesis de graduación fue un estudio comparativo de varios métodos de cálculo de asentamientos en la zona de Olivos II y Las Nuevas, que se aplicó con resultados satisfactorios”.
Esta mujer asume sus proyectos con el fervor de una madre. Así se desempeñó durante varios años comoinversionista en la Dirección Provincial de Educación, donde participó en proyectos e inversiones de círculos infantiles, escuelas de la Enseñanza Primaria, Secundaria y Especial, incluida la abarcadora reparación y remodelación del Pedagógico Rafael María de Mendive y del IPVCE Eusebio Olivera, entre otras.
¿Cuáles considera sus aportes más trascendentes como ingeniera en la Unaicc?
“Me integré a esa organización acabada de graduar como ingeniera. Por más de 10 años allí atendí Desarrollo Profesional, que incluye eventos, concursos, talleres y capacitaciones.Por toda la experiencia acumulada durante dos décadas fui calificada como Profesional de Alto Nivel de la Unaicc. También pertenecí al Comité de Ética Profesional allí, donde velaba por la calidad de las obras y a la vez estaba a cargo de luchar contra las infracciones”.
En su vida laboral también se desempeñó como inversionista de la Vivienda, en el control financiero de la ejecución del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, en el programa de erradicación de las cuarterías, en la construcción y ampliación de escuelas para el perfeccionamiento educacional y la doble sesión durante los años 80.
Todo ello sin dejar de la mano su pasión por el mundo de la ciencia y la técnica, con una participación bien activa en los Fórums como presidenta de la ANIR durante varios años, en eventos de pedagogía y de las Brigadas Técnicas Juveniles, donde alcanzó el Sello Forjadores del Futuro.
Como mujer jamás se ha sentido minimizada, ni ha temido enfrentar cualquier reto. En su currículo se le reconocen lo mismo decenas de donaciones de sangre que su entrega durante años como capitana de la Reserva. En particular despuntó guiando a cientos de innovadores y racionalizadores del territorio para lograr su mayor contribución al desarrollo de la provincia.
Pero usted también es ama de casa y madre, ¿cómo conjuga la domesticidad con su condición de Vanguardia?
“Fusionar las dos responsabilidades es necesario para que ninguna se quede detrás. Mi trabajo es muy importante, pero mi casa y mi familia también. A mis hijos los formé con conciencia responsable, tanto que mis reconocimientos son más de ellos que míos. Una familia consiente es la clave para lograr éxito en la vida personal y laboral”.
Esperanza Castro aún se siente insatisfecha y con su agenda llena de sueños. Para ella ahora lo primero resulta formar a las nuevas generaciones, no solo desde la perspectiva técnico-profesional, sino también desde el punto de vista político-ideológico.
“Me contenta que he dejado lo mejor de mí donde quiera que he trabajado. A las nuevas generaciones de ingenieras civiles les aconsejaría que aprovechen su tiempo de preparación en la Universidad, que se vinculen al trabajo a pie de obra que es lo que las va a formar de verdad. Es de vital importancia que recuerden que, como dijera nuestro Comandante en Jefe Fidel, no existe un país sin un patrimonio edificado. Y todavía falta en los profesionales buscar nuevas alternativas para construir, sobre todo, como se está indicado por el Presidente cubano, con recursos locales y el mínimo de acero posible. Nuestras dificultades deben contrarrestarse con la búsqueda de alternativas y el valor agregado de la ciencia”.
*Estudiante de Periodismo
La Consagración de Esperanza más que un bonito artículo es una realidad.
Felicidades Espe, te mereces dicho reconociendo hace mucho tiempo, por ser un ejemplo de Mujer espirituana.
Siempre te recordamos tus amigas y compañeras como una Guerrera.
Muchas FELICIDADES compañera y amiga, orgullosos de compatir contigo todos tus compañeros.