En concordancia con lo inusual de la realidad que desde hace meses enfrenta la provincia, algunos de nuestros lectores han escrito para dar constancia de sus preocupaciones, así como para describir el panorama del entorno en que viven, con un tono optimista y cuestionador de las malas actitudes.
Julio Maqueira Delgado, residente en Ampliación de Olivos III No. 18 y quien se presenta como profesor, reflexiona, empleando un toque de ironía, acerca del “nuevo trabajo” que se inventaron los coleros, revendedores y acaparadores, y relata en versos cómo el accionar de los agentes del orden le ha puesto coto a esta dañina práctica.
También cuestiona la tendencia de otra parte de la ciudadanía que, sin medir consecuencias, irrespeta las normas establecidas, sobre todo las relativas al distanciamiento físico y al uso correcto del nasobuco mientras se encuentran en la vía pública. Le duele que dichos conciudadanos se desentiendan del esfuerzo del gobierno cubano, de los científicos y del personal médico, cuyos aportes, recuerda, han llegado hasta disímiles países del mundo también azotados por la COVID-19.
Partidario de continuar trabajando para impulsar la economía del país, a la vez que nos protegemos del nuevo coronavirus, Julio apunta que Cuba nunca ha dejado solo a su pueblo ante una situación de adversidad. “La obra aquí es sembrar”, concluye.
Otro remitente nombrado Eli Jorge Morell, quien reside en la cabecera provincial, nos envía una especie de crónica en la que recrea la realidad que hemos vivido durante los últimos tiempos y enaltece, además, el quehacer de los hombres y mujeres de batas blancas o verdes. Ellos, escribe, no han cesado en su empeño de salvar vidas desde que la enfermedad se hizo presente en Cuba, y han roto incluso las barreras geográficas y del idioma al dar su aporte internacionalista.
Desde Guayos Nidia Hernández, una señora de 78 años que se declara seguidora de esta sección, solicita que publiquemos sus versos relativos a la actual circunstancia. “Veo cada día cómo poco se respeta lo que debemos hacer para cuidarnos”, argumenta. Con sus sabias reflexiones cerramos la columna de hoy.
El día de los abrazos
Mucho hace este país por detener la pandemia,
pero hay gente irresponsable que no lo tienen en cuenta.
Muchas cosas se le olvidan, como guardar la distancia,
desestiman el peligro y la enfermedad ataca.
Es cierto, hay necesidad de artículos de consumo,
pero, por favor, distancia, y no enfermará ninguno.
Un gran día llegará, aunque sea paso a paso;
espero no esté lejano el día de los abrazos.
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