Cuba atraviesa hoy una suerte de experimento en carne viva. Nadie tiene las respuestas exactas para la ecuación matemática que representa la economía nacional en estos momentos, ni en los años por venir. Predecir en este tema resulta tan difícil para un analista como para un meteorólogo anunciar algún terremoto. Muchas interrogantes, incertidumbres y expectativas se generan sobre el mañana, mientras atravesamos el campo de batalla por la supervivencia de hoy.
El 2020 cierra sus puertas en medio de un complejísimo escenario económico, donde se combinaron los efectos de la crisis económica internacional provocada por la COVID-19 con un bloqueo reforzado, dos jugadas que colocarían en posición de jaque mate a cualquier nación.
Persecución financiera y cerco a cualquier fuente de ingresos en divisas, interrupción de la actividad turística, contracción de las importaciones, disminución de la producción y los servicios, gastos adicionales de salud… constituyen solo algunos de los dolores de cabeza que pusieron cerrojos al más mínimo progreso económico durante los últimos doce meses.
Según estimaciones oficiales, el Producto Interno Bruto de Cuba decrece un 11 por ciento y Sancti Spíritus no hace la diferencia en ese mapa desconcertante, con el agregado de que aquí se padecieron las intensas lluvias provocadas por la tormenta tropical Eta y un rebrote de la COVID-19 que ralentizó el tránsito del territorio hacia la nueva normalidad.
Decenas de empresas incumplieron sus producciones físicas en la industria y la agricultura, la ejecución de las inversiones apenas ronda el 80 por ciento y el déficit presupuestario no se hizo esperar, debido a la suspensión de la licencia a más de 14 000 trabajadores por cuenta propia, al incumplimiento de las utilidades después de los impuestos o pérdidas fiscales en algunas entidades; sin mencionar los gastos provocados por el nuevo coronavirus, que ya rondan aquí los 25 millones de pesos.
No obstante, según los últimos análisis realizados, algunos indicadores económicos del territorio muestran resultados favorables: las ventas netas, las utilidades antes de impuesto y el valor agregado bruto.
Pero, más allá de los términos especializados y de los algoritmos que matizan esta temática, en el período que concluye los espirituanos han sufrido en particular el desabasto y las colas, los precios en una escalada comparable a un salto con pértiga y una merma innegable en la calidad de vida de sus familias.
El Ministerio de Economía y Planificación ha proyectado para el venidero año una gradual recuperación, con un crecimiento del PIB entre un 6 y un 7 por ciento, siempre en dependencia de la evolución y el control de la pandemia, así como del cumplimiento de las estimaciones en sectores claves como el turismo y las exportaciones.
Se priorizarán áreas determinantes en la vida y el desempeño de cualquier país: los alimentos, combustibles, fertilizantes y plaguicidas, medicamentos, las demandas de la defensa y los financiamientos para la industria nacional, con el propósito de no importar lo que se pueda producir aquí.
Aunque Cuba no pretende dolarizar su economía, se aspira que las ventas de las producciones en las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y la retención de parte de la liquidez por exportaciones funcionen como motor de arranque para las aún insípidas empresas estatales.
Por cierto, las tiendas abiertas en MLC —consideradas por muchos una piedra en el zapato nacional—, han contribuido a incentivar remesas y evitar fugas de divisas hacia el exterior, a la vez que satisfacen las demandas de un importante segmento de la población y esos ingresos financian gastos imprescindibles para la isla en alimentos y combustibles.
La gradual recuperación de la economía prevé crecimientos en producciones nacionales, tanto de la actividad agropecuaria —por ejemplo: arroz, maíz, frijoles y leche—, como de la industria manufacturera: acero, madera, productos de aseo, electrodomésticos, bicicletas, motos y triciclos, entre otros.
En medio de tantas turbulencias, este primero de enero inicia en Cuba el bien complejo proceso de ordenamiento monetario, que ha sacudido la opinión pública con las más diversas opiniones y cuestionamientos, en particular sobre la correlación salario- precios y algunas tarifas, como la de electricidad.
La dirección del país ha argumentado que posponer esta decisión resultaría aún más costoso en el tiempo y que deben seguirse con particulares anteojos la inflación, con vistas a que no se exprese por encima de los niveles proyectados; y los precios, para que no continúen por esa cuesta hasta ahora imparable que ya los hace abusivos.
Sortear la devaluación del peso llevará mucho tiempo y trabajo. Esta suerte de experimento en carne viva ya no admite marcha atrás, pero sus puertas no deben cerrarse, sino quedar abiertas para corregir por el camino lo que precise ser corregido. El progreso se labrará solo con las neuronas y los brazos de la nación. Sin escepticismo, pero con realismo, los cubanos no dejan de sacar cuentas y más cuentas porque no hace falta ser adivino para saber que la economía que viene se las trae, o como aseguró un espirituano sencillo: el 2021 viene al duro y sin guante.
Sarcasmo o hablas en serio?
Me preocupo el precio en una Unidad de la gastronomía, en especial de una libra de queso a 90 pesos en un centro de expendio de comidas para ancianos en Trinidad. También un panque a 25 pesos. Los precios de productos de amplio consumo por la población que le sirven para desayunos, meriendas de niños etc deberían ser rebisados por especialistas e inspectores. Gastronomía nunca ha estado bien con varios problemas de eficiencia y calidad, para que quiera resolverlos ahora con los precios. En las condiciones actuales, y en estás en especial de la Covid, la Gastronomía soluciona muchos problemas a la población, no esta para crearle adicionales, así se ha evaluado por ejemplo con Palmares al que se le ha reconocido su labor de apoyo al pueblo en estos tiempos. La tarea Reordenamiento debe llevar implícito un nivel superior de trabajo, de organización y de control evitando llegar a la eficiencia a través de los llamados precios abusivos.
La tarea esta bien pensada , organizada, analizada y calculada ahora lo que hace falta es que sea bien implementada y supervisada en la base por parte de los actores decisores responsables en cada territorio, ahi es donde se pierde la curvirta y ahi es donde se gana la batalla ej en trinidad el pan normado amanecio en cero en calidad y en 1 peso en cuanto a precio primera desviacion mala relacion calidad-precio consecuencia malestar en la poblacion y perdidas economicas por elemento de gastos en su elaboracion respecto a mala calidad menor aceptacion de la poblacion, mucho cuidado con este producto que de 0.05 ctv subio a 1.00peso(0.95 de mas) , la calidad tiene que corresponderse con esta subida sino no hemos hecho nada,memorias del 2020 cero tomate en la cena de navidad y menos el 31 de diciembre , cosa inaudita, el poco que habia la libra a 25-30pesos, un cultivo de ciclo corto que reinaba los fines de año, culpa de ETA, pienso que no culpa de la deficiente organizacion de la campaña, de no atender al estudio de riesgos y vulnerabilidades que encarna el proceso agricola, siempre va existir el riesgo de desastres naturales y cada territorio tiene que implementar una estrategia para afrontar esta realidad definiendo areas que no sean propensas a inundaciones, priorizando la agricultura urbana, los patios familiares, siembra en las escuelas para etablecer cultivos de ciclo corto , cultivos de reservas , utilizar lugares altos para sembrar, lejos de rios, balizar o tutorear todo lo queda ser balizado y pueda serlo para afectar afectaciones por pudriciones bacterianas o fungosas, utilizar modalidades de hidroponia en pequeñas cantidades y baja escala(pequeños hidroponicos) en lugares protegidos,en casas ,el tomate, la lechuga, la acelga, el ajo porro se logran con tecnologia hidroponica asi como otrsa alternativas que evitan que ocurra esta barbaridad del 2020 , cena sin tomate, hay que poner a trabajar el cerebro, hay que ser creativos hay que ser proactivos eso es lo que nos va a permitir avanzar y avanzar con eficiencia, hay que capacitar , asesorar, diversificar , modificar mentalidad costumbrista a innovadora y creativa.Ojala que el 2021 traiga tomate a la mesa.
No podrían haber hablado de los precios que se avecinan?? Hay algunos que son del estado y podrían haberse publicado. El del panque cuando te coge de sorpresa… Uff… Y no he visto el del coppelia. Sin contar los que no has visto hasta que los necesitas.
El único feliz y contento es el dólar imperialista….que siempre se sale con la suya. Abajo el imperialismo!!!!
Lo que está muy desordenado son los precios de los dulce en la dulcería de Trinidad a partir del nuevo año.
No va a ver quién se coma un kequito, un panqué y mucho menos un kake
Quien sabe por que el CUC esta alegre-satisfecho y el peso CUP esta triste-preocupado??