Han sido meses difíciles para Sancti Spíritus. Durante semanas estuvo la añoranza y la incertidumbre cual espada de Damocles sobre nuestras cabezas, seguimos día a día las cifras de contagios, los indicadores. El rebrote del coronavirus nos hizo transitar nuevamente por la fase de transmisión autóctona limitada y, por ende, ralentizar nuestros comportamientos, la prestación de servicios, el transporte, la vida cultural, el curso escolar, el comportamiento colectivo.
Llegar hasta aquí ha supuesto un esfuerzo extra de las instituciones de salud, de las autoridades, pero en particular un esfuerzo extra y nunca soñado de los que vivimos en esta provincia. Los municipios de Sancti Spíritus y Cabaiguán se apretaron el cinturón y demostraron que todo control es poco, pero también que cuando hay voluntad todo es posible.
¿Debemos cantar victoria ahora que avanzamos a la fase 3? ¿Terminaron las preocupaciones? Creo que no, todo lo contrario. Aún estamos bajo amenaza de propagación, permanecemos como todo el planeta a expensas de nuestra responsabilidad individual, de aceptar que la mejor cura está en mantener las distancias físicas, seguir utilizando el tapabocas, no descansar en las medidas de higiene en cada lugar.
Es cierto que llega un poco de alivio a nuestros niveles de estrés. Los teatros, cines, centros de recreación, los restaurantes, la transportación local, entre los municipios y provincias regresan a nuestras vidas, los niños y los estudiantes vuelven a las escuelas, muchos a nuestros centros de trabajo. La comunicación entre vecinos y familiares será un poco más distendida. Pero si no asumimos con responsabilidad el momento, todo habrá sido en vano en estos meses.
La COVID-19 ha transformado la manera en la que vivimos, la forma en la que nos relacionamos; la enfermedad ha impactado de forma directa a personas que conocemos o forman parte de nuestro entorno familiar. Nos sentimos agobiados, han bajado los ánimos, se visualiza un aumento de la ansiedad debido a la impotencia ante la situación que desencadena la pandemia. Sin embargo, también nos ha permitido mirar mejor nuestras vidas, comunicarnos con nuestros hijos, conocer más de sus intereses, amar la vida y sus pequeñas cosas desenfrenadamente.
El 2020 ha sido el año más duro, incierto y devastador que conocemos, y no por uno de esos ciclones tropicales, ni porque la Tierra se estremezca. Lo ha sido por un virus que no tiene rostro, que pulula en el aire, se sienta a nuestra mesa. Tendremos un fin de año con una alegría distinta, llena de reservas mientras no aparezca una vacuna que nos salve. ¿Cómo será el 2021? Eso no lo sabe nadie. Aunque si algo debemos tener claro es que será como seamos capaces de comportarnos. Conocemos cómo se propaga, sabemos qué efectos tiene en la sociedad, cuánto daño hace a la vida humana y ante ese dominio de las consecuencias debemos ser optimistas, confiar en los cientos de científicos que dedican sus días a encontrar una cura, mantener el buen tino y dejar los excesos. La esperanza, decía mi madre, es lo último que se pierde y, en Cuba, esperanza es lo que siempre nos sobra.
Wow! Seguia a Carlo Figueroa en sus comentarios en el programa A todo jazz; siempre, en las ultimas emisiones que pude ver del mismo, me pregunte por que ya no estaba, interrogante que aun me ronda. Es un muy eficaz comunicador, algo que se agradece en estos tiempos, donde parece que cualquiera puede «comunicar» dado el fácil acceso a la tecnología, pero eso, se sabe, no es fácil ni mucho menos. Un saludo a Carlo, desde ahora seguiré su sección de cada miércoles en este sitio, el cual sigue marcando pauta en la escena comunicacional cubana y, en fin, por que dejo-o se vio obligado a dejar-A todo jazz?
Creo q hay mucha desinformación sobre las medidas ha tomar en la fase 3 , recuerdo q cuando la Habana pasó a esa fase , explicaron una por una las medidas a tomar en la provincia y las q se mantenían o no , espero que puedan brindar una info oficial sobre esto sobre todo en cuestión de transporte. Si alguien sabe sobre este tema por favor díganme dónde puedo buscar la info.
Las medidas de la fase 3 incluyen las clases, transporte, la apertura de los servicios y las actividades en instituciones. Por supuesto, con las medidas de protección y seguridad. Hay que seguir utilizando el nasobuco, mantener las distancias. Las capacidades de las instalaciones deben estar a un 80 por ciento (aunque eso depende de cada institución), etc.
Coincidimos en que hay que detallar más. Espero lo hagan. Gracias por su comentario. Carlo Figueroa