No pocos incrédulos tropezaron otra vez con una verdad de Perogrullo: la juventud cubana no está perdida. Tal frase se ha hecho viral entre las multitudes desde el pasado 11 de marzo cuando la COVID-19 irrumpiera en nuestras vidas. Y usted se preguntará: ¿tuvo que tocar a nuestras puertas este horrendo virus para entender que las nuevas generaciones, esas que persiguen el último grito de la moda, que escuchan música de todo tipo, que estudian, que trabajan… son capaces de estar ahí cuando más se necesitan?
Por supuesto que no. En los jóvenes se ha confiado siempre y, a pesar de que muchos pretendan opacar su luz, sus acciones demuestran que resultan esenciales para sostener y hacer crecer el proyecto social y económico del país. Los días que vivimos confirman sus ideas, y si nos preguntamos por qué creemos en ellos, abundan los argumentos y las razones, muchas de ellas explícitas en las frases de Raúl, de Fidel y Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quienes han subrayado sus virtudes, su espíritu y su audacia.
En los últimos meses, ha sido la fuerza joven la que ha estado ahí, en la primera línea de fuego ante el enfrentamiento al nuevo coronavirus. Lo mismo estudiantes que trabajadores, cada cual desde su función ha hecho brillar su estirpe, esa que los identifica como cubanos.
Por eso, no resultó extraño el sí rotundo ante el llamado de aquel 11 de marzo, cuando el futuro de la enfermedad era incierto. Primero, aparecieron los de la Universidad de Ciencias Médicas, quienes sin otra identificación que la transparencia de sus ojos caminaron de cuadra en cuadra en busca de síntomas gripales en la población y, con ello, posibles casos de la COVID-19.
Con sus rostros cubiertos por nasobucos, con guantes, soluciones de hipoclorito de sodio en sus mochilas y con la voluntad de enseñar a las personas a cuidarse, estos muchachos recorrieron hasta los sitios más recónditos de la provincia espirituana. Caminaron acompañados de la solidaridad como principio y de conocimientos que recibieron antes de emprender esa labor. Por ello, no les resultó extraño llegar hasta una vivienda y preguntar si había catarro, o al mismo tiempo, entablar una charla sobre el coronavirus y su impacto en la salud de la población.
Gracias a sus intercambios diarios, estudiantes de las carreras de Medicina y Estomatología se adentraron en las familias que pesquisaban y llegaron a sentirse parte de ellas.
Mas, su esfuerzo no quedó allí. También emergieron en esta etapa tan compleja para el país, los contingentes universitarios, brigadas de jóvenes de diversas especialidades que se vinculan a labores productivas con el propósito de llevar adelante la vida económica y social del territorio. Se sumaron a la lucha contra el dengue, se vistieron de mensajeros a domicilio y llevaron hasta los hogares de las personas necesitadas los productos imprescindibles.
Se incorporan a la organización de las colas para evitar la aglomeración de personas, labor en la que desempeñan un papel preponderante los jóvenes del Ministerio del Interior, que salieron a las calles a garantizar la disciplina y la tranquilidad ciudadanas.
Aparecieron además al frente del transporte público, regulando el acceso de los pasajeros a los ómnibus y velando por las medidas higiénico-sanitarias en tales medios. ¿Y qué decir de los profesionales de la salud?, esos que permanecieron durante extensas jornadas en las instalaciones hospitalarias que albergaron a los casos confirmados de la COVID-19, en los centros de aislamiento…, esos que dejaron su país para cuidar a personas de otras partes del mundo, que entregaron humanismo cuando algunos se negaron a ofrecerlo.
Esos, sin dudas, han sido los jóvenes cubanos, los que no están ni estuvieron perdidos, cuya esencia se afirma en la rica y extensa historia de luchas y sacrificios de la nación y en las disímiles batallas que han enfrentado en los últimos tiempos.
Muy acertado el comentario de rigo,es así desgraciadamente ,pues no son tiempos de estímulos Morales,reconocimientos ,pergaminos,etc,la vida es una sola ,Ud estudia perfecto el estado le da un crédito y cómo es lógico Ud cuando empiece a trabajar tiene que pagarlo ,ahora un médico termina ,la carrera cuánto gana pues uno estudia para vivir mejor ,y siempre el ser humano en el centro ,pero es penoso cómo viven técnicos obreros médicos ing ,científicos ,enfermeras ,economistas etc
Si Ud no está motivado monetariamente,el estado invuerte en educación ,y al no lograr sus aspiraciones espiritual s
monetarias,Ud o los profesionales tienden a emigrar ,eso es a nivel mundial,y los cubanos no son distintos en sus aspiraciones cómo el europeo,latino ,africano etc ,mientras no vivan la realidad la juventud la mala y sobre toda la buena sevira
ME QUEDO CON EL COMENTARIO DE RIGO. Como la respuesta es UN NO ROTUNDO, la unica opcion que tienen todos esos jovenes que no alcanzan las metas profesionales, es emigrar. Eso desangra al pais, porque formar a los jovenes en tecnologicos y universidades, cuesta dinero al estado. Es dolorosa la emigracion, pero no hay otra opcion. Esperar y esperar no es opcion valida ni genuina.
La juventud no está pérdida, púes no debemos achacarle a ellos muchos de sus comportamiento, creo q hay mucha gente pérdida y no son precisamente los jóvenes,hay q ir a la raíz de todo mal y aquí todos lo sabemos …….
Por favor no mas ese termino, eso esta desfasado, la juventud como genero es amplia y vive su tiempo y como dice la cancion toma tu tiermpo y sueña, ahora el termino obsoleto, retrogrado perdida se refiere a la inmadurez propia de esa etapa, a la falta de responsabilidad al no querer aceptar cargos y tareas que no les satisfacen , a desear mas de lo que se puede, a especular con lo que se tiene, al mirarse en otros espejos, al rodearse de malos ejemplos desde el interior de la familia y en la escuela tambien por que no, todo lo que brilla no es oro y a veces existen jovenes estudiantes descarriados debido a errores en el proceso docente, a observar quiene tiene actitud con c y quien la tiene con p. Lo principal en un joven es su autoestima, su personalidad , su amor propio , su respeto, sus valores eticos, sus principios morales su compromiso con ese tiempo y la sociedad en que vive , su modo de actuacion, su sensibilidad, su humanismo, su solidaridad eso define a un joven cubano de nuestros tiempos , la juventud no se pierde, se pierden sus valores y principios
Hay que vivir la vida de un joven en la actualidad y valorar todas las interrogantes.
En cuanto a lo economico, tiene sentido estudiar una carrera universitaria??
Aparecen empleos acorde a lo estudiado?? Y bien remunerado??
Hay posible acceso a un trabajo bien remunerado para el joven que no estudio nivel superior??
Tienen los jovenes acceso a vivienda para generar una familia??
Tienen los jovenes solvencia monetaria para alimentarse acorde, vestir acorde y divertirse acorde entre otras necesidades??
Tienen los jovenes solvencia monetaria para crear una familia y dar pleno goce a sus integrantes??
Si la respuest a todo lo anterior es NO. Entonces la frustracion, falta de motivacion y la poca esperanza son causantes de que la juventud no se comporte a la altura que se espera y por ende ya sabemos por que gran parte de los jovenes emigra.
Es tonto formular esa pregunta y pensar en los estudiantes de medicina o universitarios en general. Cambien la foto y en lugar de estudiantes, coloquen a los pandilleros y desvinculados del estudio y del trabajo en general. E esa masa es a la que nos referimos cuando decimos que «la juventud cubana esta perdida…». Frase erronea, pues en realidad esta perdida solo una parte, no toda. Pero por favor, no solucionen la interrogante solo pensando en los estudiantes. Eso es pura autocomplacencia…fanfarria…ERROR.