Aislado y a miles y miles de kilómetros de su familia yaguajayense, Bárbaro Fernández ha pasado la pandemia de la COVID-19. Hace casi un año llegó a Indonesia a cumplir un contrato de trabajo a través de CubaDeportes. Lo amparaban 40 años de sapiencia como entrenador y formador de decenas de atletas espirituanos y de varios países.
Desde el pasado 23 de marzo entró a la habitación de un hotel en esa nación asiática muy afectada por el nuevo coronavirus. Mas, desde allí Bárbaro intenta mantenerse a salvo y espantar como puede el gorrión y el susto.
“Es duro, muy duro, pero el ser humano se adapta a todo; me levanto, hago ejercicios, desayuno, me conecto a Internet, veo una película, les mando la planificación a su casa a los atletas y me comunico constantemente con mi familia”.
Cuando la COVID-19 llegó inoportunamente, ya este hombre tenía la mayor parte del “combate” ganado. Sus atletas se alistaban para el clasificatorio hacia Tokio. “Ellos siempre me solicitan para su preparación con vistas a los Juegos Asiáticos del este, evento en el que acumulamos tres de plata y cuatro de bronce; en la Copa Presidente de aquí, cuatro de oro, dos de plata y dos de bronce, y en el Internacional de Ucrania, 2-1-1. Junto a dos entrenadores nacionales trabajamos con cerca de 20 atletas, cinco de ellos mujeres, con vistas a los boletos olímpicos”.
Sí, mujeres. Esta ha sido una de las novedades en la labor de este hombre, que había sentado cátedra en Ecuador, donde incursionó en el boxeo femenino. “Participé en un campeonato panamericano con muy buenos resultados, allá gané en la provincia de Pichincha todos los campeonatos nacionales, también fui asesor nacional. Acá había estado hace cuatro años enviado por mi Federación, realicé un excelente trabajo y por eso me llamaron. Lo del boxeo de mujeres viene incluido en el contrato. Tenemos muy buenas atletas en 48, 54 y 60 kilogramos”.
¿Cómo Bárbaro ha resuelto el dilema de entrenar mujeres siendo de un país que mantiene a raya el boxeo femenino?
“En Ecuador tuve la oportunidad de observar entrenamientos de diferentes deportes y los métodos y componentes de la preparación física especial y general son bastante parecidos al voleibol, el baloncesto, el judo, disciplinas que trabajan pensamiento táctico, fuerza, rapidez, velocidad, reacción-coordinación; entonces, lo que hay es que estudiarlos y sacarles el provecho necesario; también he ganado en experiencia en bases de entrenamiento, busqué información por Internet y he conversado con prestigiosos entrenadores de China, India, Corea y Tailandia, además de que en Cuba hay otros técnicos que trabajan con el femenino.
“Te aseguro que es más fácil que trabajar con los hombres, con sus características naturalmente. Hacen la técnica y preparación física normal, con sus distinciones fisiológicas. Hay que ser cuidadoso, pero asimilan cargas adecuadamente. Las mujeres son más dedicadas y en ocasiones más valientes y cuentan con algo determinante en cualquier deporte: son muy disciplinadas”.
También ha debido vencer rivales complicados.
“¿El idioma? ¡Hum!, a veces uso traductor, pero me las arreglo solo porque domino bastante la parte técnica y tengo la ventaja de contar con un entrenador gran amigo que domina el español”.
Por los bordes de la COVID-19 ha estado este hombre desde finales de febrero e inicios de marzo cuando estuvo en Hong Kong y luego en Jordania: “He pasado tres cuarentenas, pero la clave es la paciencia y la disciplina. Aquí hasta la comida es en la habitación, la que limpia viene con toda la protección, además de que tengo estrecha relación con la embajada de Cuba, CubaDeportes, el presidente de la Federación me llama todos los días, al igual que los atletas, para saber mis inquietudes y cómo estoy. Hablo con mi familia, amigos y compatriotas y les recalco que el aislamiento, la disciplina y mucha paciencia es lo que nos va a ayudar a librar esta batalla”.
La pandemia sigue infestando al mundo y cercando a Indonesia, mas Bárbaro, en medio de un hotel, hace fintas a la soledad y la esperanza. “Es duro, pero el miedo lo que hace es bajar el sistema inmunológico y puedes enfermar, pero me queda aquello de que he cumplido con mi patria y mi familia. Estoy loco por estar en mi casa con mi gente”.
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