Varios pronósticos estacionales de la actividad de huracanes en la cuenca atlántica se divulgan cada año con la finalidad de satisfacer la curiosidad de las personas. Dichas predicciones dan una idea de cuántos ciclones nombrados pudiéramos observar entre el primero de junio y el 30 de noviembre, aunque no definen los puntos del Atlántico norte donde estos se formarían.
A la hora de realizar sus vaticinios, los expertos consideran, entre otros factores, las anomalías de la temperatura de la superficie marina y las probabilidades de desarrollo del fenómeno El Niño/Oscilación del Sur.
Para este 2020, las universidades estatales de Colorado y Carolina del Norte, el Consorcio de Riesgo de Tormenta Tropical del Reino Unido, AccuWeather, The Weather Company y la Universidad de Arizona prevén un número de tormentas nombradas mayor que el promedio del período 1981-2010, que es de 12.
Lo cierto es que las temperaturas de la superficie de gran parte del Atlántico tropical y subtropical están por encima de lo normal en estos momentos. Las anomalías positivas (cálidas) prevalecerán en agosto, septiembre y octubre, de acuerdo a lo sugerido por los modelos climáticos.
Es posible que las condiciones neutrales del ENOS continúen en el océano Pacífico durante el verano boreal. Habitualmente, si El Niño “duerme” en el transcurso del verano y el otoño del hemisferio norte, la circulación troposférica superior favorece la formación e intensificación de los ciclones en el área nuestra.
Ahora bien, según el doctor Rubiera, —es vital que entiendan esto— ninguna correlación entre la cantidad de ciclones tropicales que se originan en el Atlántico y el número de impactos que se producen en Cuba ha sido demostrada. El archipiélago cubano puede ser afectado o no con independencia del comportamiento que tenga la temporada. La del 2019, por ejemplo, pasó a los récords como la tercera más activa en la era de los satélites geoestacionarios, con 18 tormentas, pero ni una nos tocó. En contraste, la del año 2002 no fue activa y azotaron dos huracanes.
Cuatro años agitados
En 2003 hubo dieciséis organismos ciclónicos nombrados, mas no fuimos castigados. En 2008 también se registraron dieciséis, y nos afectaron de manera directa la tormenta Fay y los huracanes Gustav, Ike y Paloma. Además, por la cercanía de Hanna acaecieron lluvias e inundaciones costeras en el oriente.
Mucho ruido en 2011 (diecinueve tormentas), sin embargo, ningún ciclón pasó por Cuba. En 2012 igualmente se observaron diecinueve, y sí, fuimos afectados, dos veces: cruzaron la tormenta tropical Isaac y el intenso huracán Sandy.
Lectores de Cubadebate, que se pronostiquen muchos o pocos ciclones para una temporada no es lo más importante. Lo esencial es informarse y prepararse desde junio hasta noviembre, todos los años. Tenemos un servicio meteorológico confiable y una Defensa Civil ejemplar. Hasta en los más complejos escenarios, la protección del pueblo estará asegurada.
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