Cuando Javier Vega se vio en la línea de tiro junto a Juan Carlos Stevens, sintió la presión normal de quien se sabe al lado de una cátedra del tiro con arco cubano y mundial. También la distancia de los años y la experiencia entre quien apenas gatea y quien ya atesora el mejor resultado del tiro con arco nacional en olimpiadas con su quinto lugar de Beijing 2008.
Es que cuando el santiaguero cogió el primer arco en sus manos, Javier no había nacido. Por eso, no ha logrado poner los pies en la tierra desde que el domingo 8 de marzo se proclamó por primera vez como campeón del Torneo Élite que reunió en Sancti Spiritus a lo mejor de esta disciplina.
Y eso engrandece la hazaña del veinteañero en el mismo terreno donde se forjó como arquero desde que con ocho años decidiera que ese sería su futuro. No importó que el resto de los ranqueados de Cuba motivaran preocupación, no solo porque ninguno ganó el máximo título, sino porque las tiradas estuvieron muy discretas.
En el caso de Stevens, no. El santiaguero, que no suele tener torneo malo, compitió a su altura, con oro en el doble 70 y luego en el mixto. A la discusión del oro con Javier llegó con todo el peso de sus títulos y su aval, pero el muchacho pudo controlar los nervios.
“Claro que tenía presión —me cuenta— porque competir al lado de uno de los mejores de Cuba no es fácil, pero encontré la tranquilidad y el pensamiento, respiré profundo y cuando me vi delante 4-2, sabía que podía ganar.
El match terminó 6-4, recibió la felicitación de Stevens, el aplauso rotundo de su público y el abrazo interminable de su madre Niurka, quien lloró al compás del hijo. “Ella ha luchado conmigo desde el principio sin saber si era bueno o no, sabe lo que he luchado y vio cómo ahora pude sacarme esa espinita. Había logrado plata, bronce, pero nunca un título en ronda olímpica, que es a lo máximo que todo arquero aspira.
“Por eso la emoción fue tan fuerte, incluso con plata me sentía contento, imagínate con el oro”, comenta y se vuelve a emocionar porque sabe que su título haló a Sancti Spíritus otra vez hasta el primer lugar de Cuba en el tiro con arco de mayores.
El oro lo esculpió a base de tiradas y mente fuerte mientras transitaba por las etapas anteriores que lo llevaron hasta la final. Primero se ubicó segundo en la fase de grupos detrás de su coterráneo y otro grande: Adrián Puente. “Solo tienes que pensar en tirar y tirar, uno a uno; poquito a poquito me fui relajando y empecé a tirar mejor y mejor”. Así sobrepasó los cuartos de final ante Rainer Torres, quien había sido segundo en la doble 70 y la semifinal vs. Frank González.
Javier trata ahora, por fin, de poner los pies en la tierra y lo logra. Tiene por delante el campeonato juvenil donde los de su categoría le mirarán quizás con otros ojos.
Él prefiere seguir entrenando porque sabe que así logró su hazaña. También porque cumple una deuda eterna con uno de los entrenadores que lo llevó ahora al estrellato y que tan solo unas horas antes del inicio del Torneo Élite murió víctima de un cáncer con tan solo 25 años: Dariel García Ulloa
“Quiero que pongas ahí que le dedico este título, al igual que el del equipo, a él; cuando yo llegué al terreno de tiro con arco ya él estaba ahí, fue mi entrenador y me ayudó mucho, su muerte tan joven nos chocó mucho a todos, por eso creo que su pensamiento estuvo conmigo a la hora de tirar”.
Elsa esa foto NO es Mia es de Monica Ramirez del perioduco digital Jit
Gracias. Error enmendado. Escambray.