Allá donde el diablo dio las tres voces, donde las lomas se empinan y el polvo del camino acaricia el rostro de quienes lo desandan; allá, por la ruta que conduce a Polo Viejo, en un sitio próximo a Limones Cantero, una finca integral emerge en medio de tanta sequía y regala una imagen diferente, con el predominio del color verde en sus cercas perimetrales y hasta en la fachada de la casa familiar, que da la bienvenida al visitante.
En sus predios, tres mujeres, madre e hijas, muestran con orgullo los resultados de su intenso quehacer para mantener con buena salud las plantaciones de mango, coco, marañón, naranja, lima, guayaba criolla, chirimoya y otras frutas silvestres que, después de un intenso trabajo de atención y recuperación de las plantaciones, les reportan una buena parte del sustento familiar.
LA FAMILIA EN FUNCIÓN DE LA FINCA
Las Margaritas, como se le conoce a esta finca de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Rancho Condado, perteneciente a la Empresa para la Conservación de la Flora y la Fauna en Sancti Spíritus, es uno de esos sitios donde el descanso no clasifica; en sus 2.4 caballerías, el marabú fue desterrado y en su lugar aparecen, además de los frutales, bosques con diversidad de árboles maderables y varias especies de aves, reptiles y moluscos que forman parte de la conservación.
Para la iniciadora de este proyecto familiar, Margarita Sarduy Alonso, el haber incorporado a sus dos hijas Lien y Leany Ramírez a los quehaceres agrícolas fue de mucha utilidad. “Comenzamos en el 2008 con estas lomas perdidas de maleza, nuestra primera misión fue recuperar las áreas de bosque, tarea de la que se ocupa fundamentalmente mi esposo, hasta que poco a poco hemos transformado la imagen de la finca”.
Margarita, quien además atiende el control técnico de la masa ganadera en la UEB, tiene bien definidas las funciones. “Yo me ocupo de la imagen, de determinar los lugares donde desarrollaremos nuevos programas de siembra o para la cría de animales, por ejemplo, tenemos 54 carneros destinados a la venta al sector del Turismo y estamos preparando las condiciones para incursionar en el cultivo de flores y la crianza de aves y jutías”.
En cambio, Lien es quien lleva las riendas de la finca. “Para nosotras no hay nada imposible —dice—, aquí siempre estamos ocupadas, recogiendo frutas, haciendo el desorillo de las plantaciones, chapeando potreros, arreglando el corral de los carneros o podando un árbol, eso sin descuidar los quehaceres de la casa y la atención a mi pequeño o mi sobrina, que desde que se levantan salen detrás de nosotras, como si fueran obreros”.
LA RENTABILIDAD SE IMPONE
Cuando en el 2010 la finca Las Margaritas resultó Vanguardia Nacional por sus logros integrales, nadie puso en dudas que después de ese reconocimiento vendrían muchos más. Tal vez por eso las seleccionaron para el encuentro de género que desarrollará la Empresa de Flora y Fauna, a propósito del 8 de Marzo, donde madre e hijas intercambiarán con representantes femeninas del sector y mostrarán sus experiencias como familia en función del desarrollo agrícola.
“Cada año comercializamos decenas de quintales de frutas, con el predominio del mango, el coco y la naranja, para abastecer las unidades de la empresa y la venta a centros turísticos —aclara Leany, la otra integrante del colectivo—. Yo soy maestra, pero me encargo de cuantificar las producciones y apoyo en todo lo que haga falta; ahora, por ejemplo, nos preparamos para desarrollar un nuevo proyecto relacionado con la siembra de flores o para asumir la reforestación en otra parte del bosque”.
En la máquina forrajera, Margarita muele las cañas que servirán para alimentar a los cerdos criollos y los carneros, actividad necesaria, pues la intensa sequía limita la presencia de pastos naturales en los potreros; luego deberá regar los cocos nacientes, que serán plantados cuando rompa la primavera y el terreno esté más suave.
Así será siempre en esta finca: todavía no terminan un trabajo y ya están hablando de las 3 hectáreas de café Robusta que entrará en cosecha el próximo año o del desorillo en el área de conservación. Definitivamente, con mujeres como estas no hay labores, por duras que parezcan, imposibles de realizar.
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