La queja que remite a este espacio Fabio Martínez Salas, vecino de calle 2da. del Oeste No. 2, entre 3ra. y Río en la zona de Colón, Sancti Spíritus, está relacionada con la unidad comercial No. 53, que lleva por nombre La Libertadora, donde por años él y su familia han adquirido los productos normados.
De engorrosa califica el remitente la situación actual en dicho establecimiento, que luego de la reparación capital de que fue objeto para revertir su mal estado constructivo reabrió sus puertas el 23 de diciembre del pasado año. “Hasta ahí todo bien. Pero la sorpresa fue que achicaron nuestra tienda para crear un punto de ventas en divisas, por cierto, muy necesario en el área. Sin embargo, ahí no termina todo”, escribe, para detallar luego la circunstancia que desde su punto de vista afecta más a los consumidores.
Cuenta que hacia La Libertadora fueron trasladados los consumidores de El Proletario, unidad que se encontraba en el edificio cercano al Hospital Pediátrico. “No sabemos los motivos, pero sí sabemos que han convertido nuestra tienda en un infierno tanto para los clientes como para sus trabajadores; está demás decir la gran aglomeración de personas que hay ahora y en ocasiones tienen lugar fuertes discusiones”, reseña.
Fabio no está de acuerdo con lo hecho, ni en lo referente a la shopping ni en lo relativo a la fusión de ambas unidades, lo cual, estima, “lejos de resolver un problema ha creado muchos”. Sostiene que otros vecinos piensan igual y solicita se analice la situación.
Pero la suya es apenas una visión del problema, porque hay argumentos que respaldan la decisión que él pone en tela de juicio, según declaró a Escambray Ivonne Ibarra Miranda, en estos momentos al frente de la Dirección Municipal de Comercio Sancti Spíritus.
“La unidad El Proletario radicaba a no más de una cuadra de La Libertadora, pero en los bajos de un edificio de cinco pisos. Su situación constructiva era pésima, por filtraciones desde los techos que no ha sido posible resolver, y como consecuencia de ello la mercancía se mojaba y se deterioraba considerablemente”, explicó.
Adujo también que al tener ambas tiendas cifras relativamente bajas de consumidores ahora aglutinan allí a 2 747 personas, número bastante usual para muchas bodegas del territorio. “Ese no es el único caso que se nos ha presentado; existen al menos otras cuatro situaciones similares y lo que hemos hecho es unificar las unidades, porque no es posible repararlas todas, al menos por ahora”, amplió la fuente, quien detalló que en el establecimiento recién reparado laboran tres dependientes.
Escambray sugiere ser comprensibles y evitar altercados, ya que el cambio significa suprimir afectaciones a la mitad de los actuales beneficiarios. Cualquier situación concreta debería tramitarse con el representante de gobierno de la circunscripción.
Dejar un comentario es por gusto si nadie le da importancia ya q se indigne el trabajador q pierde allí los mandados y imposible comprar .
Estoy muy de acuerdo con Fabio ahí el q trabaja no puede comprar y ahora hasta los huevos he perdido pues se vencen antes de los 7 días y antes duraban en la tienda cuando estaban las otras dependientas además ahí no hay 3 hay dos dependientas nada más necesito cambiar de tienda eso es un infierno antes de tomar decisiones hay q pensar en lo mejor para el consumidor la hubieran pasado para el país como hicieron con la Libertadora y ahora ahí se acabó el aislamiento social valoren q son demasiados consumidores para esa tienda tan pequeña
Consider que, como casi siempre sucede, tomamos medidas organizativas que afectan a la poblacion y no tenemos la suficiente transparencia para informarlo y respodenr las preguntas de laos pobladores.