Cuando anunciaron que el capítulo espirituano de la XXIX Feria Internacional del Libro se iba a bolina, tras conocer que la COVID-19 ya era un hecho real en Cuba, escritores y lectores lamentaron sobremanera haber perdido la oportunidad de dialogar juntos al hojear las propuestas que siempre son recibidas en esos días de fiesta; sobre todo, quienes esperan para disfrutar los textos salidos recién del horno de Luminaria, que cada año apuesta por satisfacer los diferentes gustos, aunque siguen en desventaja las propuestas para el público infantil.
Guardados un tiempo en cajones y otros con mejor suerte gracias a la promoción activa en redes sociales de sus autores, los títulos llevados al Complejo Morro Cabaña —sede de la Feria Internacional en La Habana—, que responden al catálogo del pasado año, han ido llegando a quienes prefieren compartir sus horas con personajes audaces o investigaciones de varios años.
La vía más directa son las librerías de los municipios. Esos espacios expenden todos los días bajo estricto cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias implementadas para evitar un rebrote de la pandemia.
Justamente en esos espacios se han agotado los ejemplares de La jirafa Berta, de José Miguel Quintana Cañizares, con ilustraciones de Noel Cabrera Fernández, suceso que confirma que sigue siendo una deuda la cantidad que se pone a disposición del público infantil.
Igualmente, los seguidores de la literatura gestada en predios espirituanos han sido testigos de una constante labor de promoción que ya en la tercera fase trasciende las fronteras digitales.
Precisamente, en Cabaiguán se han protagonizado hechos merecedores del aplauso por mostrar el profundo amor y respeto a la literatura.
Varios de sus autores que forman parte del catálogo más reciente de Luminaria han convertido los portales de sus casas en sitios de diálogo con quienes los leen.
Ejemplo de ello fue Ken Jact Fernández León, escritor de Crónicas de Ambrosía. Sentados a un metro de distancia y con nasobuco, el escaso público comprobó que no existe mejor remedio en tiempos complejos que sentir de cerca el arte.
Asimismo, el fuerte movimiento literario ha tomado por asalto el parque de la ciudad de Cabaiguán para realizar la necesaria labor de promoción y solo de esa forma se garantiza un éxito en la actividad de venta.
A la par de esas acciones, al interior de Luminaria se vive uno de sus procesos más intensos: la evaluación de los libros que formarán parte de su próximo catálogo. El comité de lectores analiza alrededor de 70 propuestas presentadas, las cuales, según las posibilidades por la compleja situación que atraviesa el país con el papel desde hace años, podrán llegar el año que viene a las manos de quienes siempre se iluminan con las páginas auténticamente espirituanas.
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