“Tenemos que actuar bien durante las fases establecidas para la COVID-19 porque necesitamos activar la economía del país”, expresó el primer ministro Manuel Marrero Cruz, al ofrecer a los diputados una actualización del plan de medidas de enfrentamiento al SARS-CoV-2.
Tras una introducción donde se detallaron las especificaciones de las tres etapas de la pandemia, Marrero Cruz explicó que, teniendo en cuenta la situación actual del país, se actualizó un grupo de medidas, y otras se adecuaron a cada fase en pos de garantizar el funcionamiento pleno de las actividades económicas y sociales.
En tal sentido, explicó que, en el caso de la transmisión autóctona, solo concluye una vez que se cumplan durante siete días los indicadores establecidos para esa etapa, pero para cambiar de la Fase 3 a la nueva normalidad se requiere estar 14 días consecutivos con lo que está regulado.
Marrero Cruz destacó, asimismo, que a pesar de que todavía hoy hay declarada transmisión autóctona limitada en las provincias de Pinar del Río, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, en tanto La Habana continúa en Fase 3, se trabaja intensamente y se han alcanzado resultados favorables en algunos de esos territorios, en medio de una situación epidemiológica que en el mundo transita por un segundo rebrote.
Destacó que, aun en la nueva normalidad, es imprescindible incorporar como un estilo de vida cuestiones tan vitales como el empleo del nasobuco, de uso obligatorio en las tres fases, mientras en la nueva normalidad se mantiene para espacios cerrados y en lugares de mucha afluencia de personas porque está demostrado que es efectivo.
A este nuevo comportamiento de las personas, indicó, hay que incorporar de forma permanente las medidas de higiene en hogares y centros de trabajo, la autopesquisa, practicar deportes al aire libre y no asistir a gimnasios, evitar los lugares cerrados, visitas a hospitales y efectuar las reuniones con el menor número posible de personas, entre otras sugerencias.
El propósito, dijo, por encima de todas las cosas es garantizar la salud de la población, lograr la estabilidad epidemiológica y al mismo tiempo reactivar la economía de los territorios. “Los resultados de este plan dependerán del actuar de nuestro pueblo, sin cuya colaboración no hubiéramos podido alcanzar este grado de control de la enfermedad. La unidad ha sido la clave del éxito en este combate”, precisó finalmente.
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