El presidente belarruso, Alexander Lukashenko, admitió este 8 de septiembre la posibilidad de comicios anticipados, tras la aprobación de una reforma constitucional, mientras señaló a Estados Unidos como organizador de protestas opositoras en este país.
Durante una
conferencia con medios de prensa rusos, Lukashenko indicó que le desgradan las
manifestaciones iniciadas poco después de conocerse el resultado de las
presidenciales del 9 de agosto pasado, en las cuales resultó reelecto con el
80,1 por ciento de los votos depositados.
Para Lukashenko, muchas personas olvidaron qué cosa era Belarús hace 20 años
atrás, y en ese sentido se consideró responsable del desarrollo de esta nación.
Por ello, no puedo abandonar mi puesto así no más, soy el único capaz de
defender a Belarús, estimó.
Medios de prensa destacan que tanto la excandidata opositora Svetlana
Tijanovskaya, quien obtuvo el 10,12 por ciento del respaldo en las urnas, como
otros aspirantes, defendieron un acercamiento con Occidente y una ruptura de
lazos con Rusia y con el proceso de integración pos-soviético.
Al respecto, Lukashenko señaló que de ninguna forma consideraba a los
participantes en las protestas, en un inicio violentas, como un interlocutor
para un diálogo. Todo lo que proponen esos opositores es una catástrofe para
Belarús y su pueblo, opinó el jefe de Estado reelecto.
Ellos quieren romper todos nuestros vínculos con la hermana Rusia y desean
introducir una educación y una salud pagadas, advirtió.
Detrás de las protestas está Estados Unidos, que actúa a través de gobiernos
como el de Polonia o la República Checa, aunque también existen causas
internas, argumentó.
Lukashenko reconoció que en Belarús crecieron dos generaciones nuevas y se creó
un pequeño grupo de ‘burguesitos’ y todo ello llevó a una inconformidad de esa
clase que desea llegar al poder, afirmó.
El interés real de los promotores de una desestabilización en Belarús es Rusia,
opinó el estadista, quien presagió que los acontecimientos ocurridos aquí
podrían repetirse en la vecina nación y en ese sentido subrayó la necesidad de
la cooperación y el apoyo mutuo.
Rusia y Belarús forman un estado unificado, en el cual quedan aún varios
procesos pendientes relacionados con una posible moneda única, compensación de
los mercados comerciales o la creación de órganos de poder supranacionales,
entre otros.
El referido estado de ambos países es considerado aquí como el principal núcleo
del proceso de integración en el espacio pos-soviético, del cual forma parte la
creación de la Unión Aduanera y la Unión Económica Euroasiática (Rusia,
Belarús, Kazajstán, Armenia y Kirguistán).
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