Ahora que está más cerca del regreso, Remberto Pérez Farfán, el medico deportivo espirituano que se encuentra en la República Popular de Angola, casi no ve pasar los días.
Después de dos años y ocho meses de misión en la Academia del Fútbol de Formación del Club Primero de Agosto, perteneciente a las Fuerzas Armadas, el facultativo toma el trabajo como el mejor antídoto para que el tiempo se acorte entre África y Sancti Spíritus.
“Terminábamos en junio, pero con todo esto de la pandemia hemos tenido que seguir trabajando en lo mismo: atiendo los equipos de fútbol en formación o iniciales en las categorías juveniles, junior y Sub-23”.
Su experiencia de 30 años como médico (27 como especialista de Medicina General Integral y 22 como especialista en Medicina Deportiva) ha sido la mejor escuela para derribar rivales difíciles en tierra lejana.
“Desde que llegamos he tratado de transpolar el trabajo que realizamos en el Centro de Medicina Deportiva que dirigí por varios años y desde allí hacia la EIDE con todo el seguimiento que supone un adecuado control médico: el diagnóstico, chequeos temporales, el seguimiento a los atletas, control del peso, del pulso…”.
“Imagina que al llegar aquí los atletas no tenían Historia Clínica ni existía el médico en la Academia, por lo que todo cuanto hemos hecho, junto a otros profesionales, constituye un proyecto novedoso. En el entrenamiento hacemos profilaxis de lesiones del deportista, control médico de las cargas, fisioterapia y atención directa a los atletas, incluido el control de su alimentación”.
Por eso lleva colgada las mismas medallas de oro y plata de su equipo junior en los Juegos Nacionales. También ha participado en el campeonato nacional con el equipo principal del club Los senos, que es profesional: “Aquí el fútbol es prioridad. Ha sido una experiencia bonita, un trabajo bien asimilado por atletas y entrenadores, que también son portugueses”.
La misión le ha dejado una certeza, a quien tiene asimismo referentes en Venezuela y equipos Cuba en diferentes disciplinas.
“No tenemos tecnología suficiente, pero donde mejor se hace el control médico es en Cuba, porque desde que el muchacho entra a la EIDE le hacemos un diagnóstico y lo seguimos durante el entrenamiento deportivo, discutimos con los técnicos los macrociclos de entrenamiento, atendemos a los atletas según sus características desde el punto de vista médico, deportivo y psicológico”.
Lo más duro ha sido batallar con todo su arsenal de conocimientos y experiencia como médico para salir ileso del ataque de la lejanía y la COVID-19. “Desde marzo comenzamos a aplicar el aislamiento y seguimos entrenando más bien para que no pierdan la forma, pues no hay competencias. Aquí la situación es complicada, por eso lo más importante es cuidarte y protegerte tú mismo y hasta ahora todo está bien”.
“Seguí el abanderamiento de los Gallos y me dieron unas ganas inmensas de estar allí; estoy loco; no, loquísimo por llegar a Cuba”.
Un placer ver a alguien que más que un profesional y mi director ,ha sido una persona muy importante en mi inserción en el Cepromede de S.S.Siempre pendiente a los detalles no solo de mi vida laboral si no personal.Para mií es como un hermano mayor ,al que se añora y se le extraña.Y por otra parte muy contento con sus resultados ,que no por esperados dejan de ser muy alagueños y motivantes para todos los que lo conocemos y queremos.Un abrazo para mi hermano,y te esperamos más temprano que tarde por aquí.