El Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel criticó la embestida contra los expresidentes Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia), que a través de una persecución sistemática pone en riesgo el derecho de los pueblos.
Justo el mismo día y casi a la par, Correa fue inhabilitado para presentarse como candidato a vicepresidente en las elecciones de su país, mientras que a Morales, víctima de un golpe de Estado en noviembre pasado, la justicia boliviana le negó presentarse como senador por la región de Cochabamba para los comicios generales de octubre.
Tratan de evitar que Luis Inacio Lula da Silva en Brasil, Morales en Bolivia y también Correa en Ecuador vuelvan a hacer gobierno. Son golpes de Estado encubiertos, lo quieren disfrazar de legalidad, pero las cosas no son así y hay que reaccionar frente a esto, declaró a Prensa Latina el destacado defensor de los derechos humanos.
Para Pérez Esquivel detrás de todo esto está la sistemática política de Estados Unidos de no perder su hegemonía continental y excluir a aquellos que buscan su independencia y autonomía.
Al respecto, agregó que en Argentina también se ve hoy un movimiento bastante fuerte de la derecha que busca desestabilizar al gobierno de Alberto Fernández y fustigó las recientes declaraciones del expresidente Eduardo Duhalde, quien auguró que en el país no habría elecciones legislativas el año que viene porque habrá un golpe de Estado, algo que calificó de lamentable.
El Nobel de la Paz sostuvo que todo esto que se vive hoy con Correa y Morales viene desde el golpe de Estado a Manuel Zelaya en Honduras, luego a Fernando Lugo en Paraguay y a ello debe sumársele lo que sucedió con la expresidenta brasileña Dilma Rousseff.
Asimismo, reflexionó sobre el papel que hoy juegan los monopolios mediáticos de información y los comparó como monocultivos de la mente, así como los agrotóxicos de la propaganda.
El defensor de derechos humanos señaló que hay pueblos que están despertando y tomando conciencia y una vez más abogó por buscar la unidad en la diversidad pues, dijo, no todos tenemos que pensar igual, pero sí trabajar en una misma línea y defender la institucionalidad y el derecho de los pueblos a ser libres.
‘Hay que comenzar a pensar en la rebelión cultural porque existe una dominación que es tremenda, nos meten en deudas externas impagables, nos atosigan de propaganda y la gente tiene que reaccionar frente a estos mecanismos de dominación para comenzar a tener conciencia y valores propios’, concluyó.
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