Una nueva caravana migrante partió desde las primeras horas de este miércoles de San Pedro Sula, Honduras, rumbo a Estados Unidos, en abierto desafío a las severas restricciones impuestas por el Gobierno de Washington a la migración indocumentada.
El grupo, integrado principalmente por mujeres y niños, ha salido de su país a causa de la violencia, el desempleo, la inseguridad y la pobreza extrema, motivos que el gobierno de Washington desestima como causas válidas para lograr la protección por parte de las autoridades estadounidenses.
Desde ayer martes empezaron a reunirse en la Central Metropolitana de Buses de San Pedro Sula, cientos de personas para unirse a la caravana, en un acto que fue convocado a través de redes sociales.
Este nuevo éxodo, se enfrentará a la intensa política migratoria del presidente Donald Trump que ha obligado a Honduras, México y Guatemala a brindar refugio a los migrantes.
Más de 20.000 hondureños se han ido en caravanas en los últimos 15 meses hacia el norte, de acuerdo con la información del Gobierno, que afirma que la mayoría ha regresado, ya sea deportado o en forma voluntaria.
En 2019, según estimaciones del Gobierno mexicano, unos 80 mil hondureños se han apersonado para pedir un asilo político en ese país y otros 30 mil esperan la resolución de Estados Unidos para conocer si los acepta en su territorio.
El 13 de octubre de 2018, más de 3.000 hondureños salieron sorpresivamente a territorio estadounidense desde San Pedro Sula, a 180 kilómetros al norte de la capital.
Cifras oficiales indican que más del 60 por ciento de los 9.2 millones de habitantes de Honduras viven en la pobreza y el 37 por ciento en la miseria. Además, el desempleo agobia al 5.7 por ciento de la población económicamente activa.
El pasado 9 de enero, Estados Unidos y Honduras finalizaron los pasos para la implementación de un acuerdo que le permitiría al gobierno estadounidense enviar solicitantes de asilo de un tercer país a Honduras.
Chad Wolf, el secretario interino de Seguridad Nacional estadounidense, durante una visita al país centroamericano el jueves pasado indicó que la implementación comenzará en las próximas semanas.
Comenzando con Guatemala en julio pasado, Washington ha firmado acuerdos bilaterales con gobiernos del llamado “Triángulo Norte” — Guatemala, Honduras y El Salvador — que le permiten enviar a solicitantes de asilo de terceros países.
En noviembre, Estados Unidos empezó a enviar a hondureños y salvadoreños a Guatemala como parte del acuerdo y con el argumento de que los migrantes debían solicitar asilo en el primer país seguro al que ingresaran.
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