Una nueva sede tiene la Cinemateca de Cuba desde este 20 de octubre, Día de la Cultura Nacional. Hasta sus predios en el Vedado capitalino acudió este martes el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para dejar oficialmente inaugurado el nuevo espacio, donde a partir de ahora se unifican en un solo lugar todas las dependencias de la institución, dispersas anteriormente en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
A la entrada del recinto, sitio emblemático donde vivió Alfredo Guevara, fundador de la Cinemateca y a quien tanto debe la cultura nacional, el destacado director de cine y fundador del ICAIC, Manuel Pérez Paredes, develó una tarja conmemorativa con la que se rinde homenaje al relevante intelectual cubano, cuya proyección y lucidez revolucionarias representaron y prestigiaron a la Mayor de las Antillas en los más diversos y exigentes escenarios del mundo.
Tras realizar un breve recorrido por varios de los salones de la institución, donde pudo apreciar las valiosas colecciones que allí se conservan, el Jefe de Estado se dirigió al teatro Abelardo Estorino, ubicado en el Ministerio de Cultura, donde tuvo lugar una exquisita velada que dejó oficialmente inaugurada la Cinemateca.
“Restaurar y preservar para el presente y las generaciones futuras el patrimonio atesorado en el Archivo Fílmico de la Cinemateca representa no solo una tarea prioritaria, sino el mayor reto a enfrentar en lo adelante. No puede marcharse hacia adelante sin mirar atrás”, valoró Luciano Castillo, director de la institución.
Es justamente esa la encomiable misión a la que se ha dedicado desde 1960 la insigne institución cubana, que atesora uno de los mayores patrimonios fílmicos de nuestra área geográfica y en lo cual desempeñaron un gran papel Alfredo Guevara y Héctor García Mesa desde los años fundacionales. A ellos, de manera especial, se rindió homenaje esta tarde de octubre en que la historia y la cultura demostraron una vez más que la Revolución no es ajena al arte.
Durante sus conmovedoras palabras, el Director de la Cinemateca hizo un recuento sobre la labor desempeñada por la institución durante todos estos años hasta nuestros días, marcada por una programación rigurosa, con equilibrio entre nacionalidades, movimientos y tendencias, géneros y temáticas; el fomento de nuestra afamada y única cartelística; y muchas otras acciones que para orgullo nuestro la distinguen.
“Multiplicar e incentivar las acciones promocionales e investigativas del acervo por sus especialistas y la atención óptima a la creciente cifra de estudiosos y críticos interesados en consultarlo es el paso inmediato, sin dejar de soñar, junto a Alfredo y Héctor con un museo del cine cubano”, refirió luego.
En presencia también del viceprimer ministro Roberto Morales Ojeda; el titular de Cultura, Alpidio Alonso Grau; el presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto Jiménez; el destacado cantautor Silvio Rodríguez; así como las máximas autoridades del Partido y el Gobierno de La Habana; y una representación de artistas, intelectuales y personalidades de la cultura cubana, el Director de la Cinemateca de Cuba agradeció también a todos los que han hecho posible durante estos años el milagro de mantener vivo el cine cubano.
Entre notas fílmicas y valiosas imágenes rescatadas de los archivos de la Cinemateca transcurrió el emotivo momento, donde el presidente del ICAIC, Ramón Samada, y el Director de la Cinemateca entregaron al Presidente de la República -en nombre de los cineastas y trabajadores del ICAIC- dos obras que le rinden tributo a la tradición del cartel cubano de cine, uno de ellos para el General de Ejército Raúl Castro Ruz.
Así terminó en La Habana este 20 de octubre en el que también desde esta nueva sede de la Cinemateca se rindió homenaje a nuestra cultura y a quienes tanto han aportado y continúan aportando a ella.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.