El proyecto de ley sobre el Brexit completó este 22 de enero su paso por el Parlamento británico, y dejó allanado el camino para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) el 31 de enero próximo.
El debate sobre el acuerdo negociado por el primer ministro conservador
Boris Johnson se dio por terminado este miércoles en el Palacio de Westminster,
después que una pequeña escaramuza entre las dos cámaras del poder legislativo.
Los lores hicieron algunas enmiendas al llamado Tratado de retirada, sobre todo
en la relacionado con los derechos de los residentes europeos en un Reino Unido
post-Brexit y la acogida inmediata a los niños refugiados que viajan sin
acompañantes, pero la Cámara de los Comunes, controlada por los Tories, las
rechazó todas.
Tras la derrota, los miembros de la Cámara alta acordaron no seguir insistiendo
con los cambios, a sabiendas de que cualquier nuevo intento resultaría
infructuoso, y con ello dejaron listo el escenario para que la reina Isabel II
sea la encargada de darle el toque final a la controvertida ley.
Según trascendió, la monarca podría dar el consentimiento real tan pronto como
mañana jueves, con lo cual el divorcio entre Londres y Bruselas se concretaría
a las 23:00 hora local del viernes de la semana próxima, tres años y medio
después de que el 51,9 por ciento de los británicos votó a favor de la
separación en el referendo de 2016.
El final ‘feliz’ para los euroescépticos británicos llega después de una crisis
política que duró varios meses, forzó la renuncia de Theresa May como jefa del
gobierno, y desembocó en el adelanto de las elecciones generales, las cuales
fueron ganadas por el gobernante Partido Conservador.
Una vez conseguido el beneplácito de la Corona, la ley que pondrá fin a 47 años
de membresía del Reino Unido dentro de la UE deberá ser ratificada también por
el Parlamento Europeo, algo que se espera suceda el 29 de enero.
En virtud del acuerdo negociado por Johnson en octubre pasado, Londres tendrá
que pagar al bloque alrededor de 30 mil millones de libras esterlinas por
concepto de obligaciones, garantizar los derechos de los ciudadanos europeos
residentes en el país, e instalar una frontera aduanal en el Mar de Irlanda.
Aunque inmediatamente después de la ruptura perderá su representación ante los
órganos encargados de tomar decisiones, el Reino Unido seguirá bajo las
regulaciones de la UE hasta el 31 de diciembre, cuando expira el llamado
proceso de transición.
Durante ese tiempo, ambas partes buscarán negociar los términos de su futura
relación en términos comerciales y de seguridad.
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