El primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, y el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, rindieron este sábado homenaje póstumo a la destacada revolucionaria Asela de los Santos, fallecida recientemente.
En el Panteón de los Veteranos de la necrópolis de Colón, se realizó el acto solemne en el que participaron familiares y amigos de la combatiente; el consejo de ministros de Cuba, así como oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio del Interior.
En el acto, el segundo secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, destacó los valores revolucionarios de Asela, quién se incorporó al Ejército Rebelde en 1958.
Admiramos sus años de entrega a la patria y a la formación de varias generaciones, dijo Machado Ventura, quién calificó a de los Santos como una cubana ejemplar.
El dirigente partidista agregó que hasta los últimos momentos Asela mantuvo un alto concepto del honor y la moral revolucionaria.
‘En este momento de dolor por la pérdida de tan valiosa combatiente revolucionaria, ratificamos nuestro compromiso de continuar su ejemplo de humanismo y modestia, de confianza y lucha permanente en aras de un futuro mejor para la patria’, subrayó Machado Ventura.
Ofrendas florales de Raúl Castro, Díaz-Canel, del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo, y la Asociación de Combatientes de la Revolución cubana, acompañaron las honras fúnebres.
Hasta el Panteón de los Veteranos llegaron compañeros de lucha, familiares, amigos y pueblo en general para rendir honores a la destacada luchadora.
Sus cenizas serán trasladadas luego al Segundo Frente Oriental Frank País en la provincia Santiago de Cuba (oriente), lugar que resguarda los restos de otros valerosos combatientes de la nación antillana.
Durante todo el periodo insurreccional, Asela de los Santos cumplió diferentes responsabilidades como el traslado, junto con la heroína Vilma Espín, de los compañeros que formaron el primer contingente de hombres y de armas que se incorporaron a las guerrillas comandadas por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en la Sierra Maestra.
De manera permanente trabajó en todo lo relacionado con el avituallamiento de armas, uniformes y medicinas para el Primer Frente Oriental José Martí.
En 1958 realizó varios viajes entre Miami y Cuba para traer armas bajo las faldas, que introducían por los aeropuertos de La Habana, Varadero y Camagüey.
Tras el triunfo de la Revolución en 1959 asumió la responsabilidad de Superintendente Provincial de Educación en Oriente.
En 1960 participó junto a Vilma en la creación de la Federación de Mujeres Cubanas, integrando su Buró Nacional, primero como Organizadora y después como Secretaria General.
Además, en el Ministerio de las FAR ocupó el cargo de jefa de la Dirección de Enseñanza y Escuelas Militares Camilo Cienfuegos del Estado Mayor General, y es ascendida al grado de Capitán.
En 1970 fue designada Directora General de Formación de Personal Docente del Ministerio de Educación, siendo promovida a diferentes responsabilidades, incluyendo la de ministra.
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