Participantes en Festival del Habano vistan vegas de tabaco en Cuba

Los participantes del XXII Festival del Habano pudieron conocer sobre como el uso de la tecnología, combinado con el quehacer de los trabajadores y un saber acumulado por generaciones de cultivadores, ha influido en la mejora de los rendimientos productivos del tabaco desde su propio origen, al realizar una visita por plantaciones de la provincia de Artemisa.

Armando Trujillo González, uno de los más experimentados productores de la solanácea en Cuba y presidente de la Unidad Básica de Producción Agropecuaria Felipe Herrera, explicó que tanto la finca El Palmar como el Prado, ambas visitadas hoy, se dedican principalmente al cultivo de tabaco para capa de exportación.

Para lograr buenos resultados se han tenido que utilizar técnicas especializadas tales como el sistema de riego por goteo y los cultivos tapados, ya que la tela protege a la planta de plagas y enfermedades y ayuda a que crezca con mayor vigor, refirió.

Una planta de tabaco da como promedio 16 hojas y de ellas solo ocho son utilizadas para capa de exportación, las otras se destinan para capa de producción nacional o para tripa, señaló Trujillo González, galardonado con el Premio Habano del Año en el 2010 en la categoría de producción.

El destacado tabacalero resaltó que la hoja del tabaco pasa por tres etapas de curación Amarilleo, Paño y Vena, mediante las cuales se preparan para ser llevadas directamente a la fábrica y así cerrar un ciclo de producción.

Trujillo González recordó que en un principio la cura se hacía de manera natural, sin regular los índices de humedad y temperatura y por tanto los rendimientos eran de una obtención de cinco por ciento de capa.

Sin embargo –dijo- hoy en día gracias a la cura controlada se logra hasta el 50 por ciento de capa, un aumento que solo fue posible gracias al uso de la tecnología para mantener las hojas a una temperatura de 30 grados y niveles de humedad favorables.

El 90 por ciento de las labores que se realizan en la producción de las capas es manual; según el productor la actividad tabacalera requiere de mucho conocimiento, entrega y apego, una combinación necesaria para lograr una hoja con buena estructura, sabor, grasa y que sea fina; al final un renglón que es fruto de siglos de tradición acumulada y transmitida, y que le da a los Habanos parte de su fama como uno de los mejores de su tipo en el mundo.

La UBPC tiene un rendimiento total de 1,7 toneladas por hectáreas, cifra con la que sobrecumple el plan anual propuesto; en gran parte gracias a las técnicas utilizadas y a la experiencia de su presidente quien lleva 36 años en el sector.

El proceso de obtención de la capa demora un total de 18 meses y es una producción continua pues se siembran de manera escalonada tres millones de posturas, lo que garantiza además una estabilidad en la entrega.

Esta visita realizada hoy a las plantaciones resultó una oportunidad para conocer de cerca el origen de los Habanos y la labor que realizan desde el campo quienes se encargan del primer paso de su elaboración, aquellos que conocen mejor que nadie a estas plantas.

La Zona de Partido, donde están ubicadas las fincas recorridas, se caracteriza por ser muy fértil, lo que enriquece también desde un primer momento a los tabacos y los dota de un sabor muy particular.

Así, los participantes en este XXII Festival del Habano realizaron una actividad que es bien apreciada: poder conocer in situ el por qué los fumadores de puros de todo el mundo prefieren los habanos, estos cigarros tipo Premium más cotizados debido a la triple condición de suelo, clima y experiencia de los productores tabacaleros cubanos.

Este Festival continuará sesionando en el Palacio de Convenciones en la capital hasta el 28 de febrero, con conferencias magistrales, talleres, presentaciones exclusivas y una Feria Comercial donde se expone lo mejor y más selecto del mundo del tabaco.