No era broma de la colega. Lo que mostraban las manos de su niña desde Facebook, a las nueve de la mañana del sábado 4 de abril, era un Escambray a todo color que el resto del staff del periódico no había podido “saborear”. Desde el encierro vivimos el asombro, pero en breve comenzarían a llegarnos las ediciones que, venidas desde Santa Clara, habían “parado” primero — después se sabría— en Cabaiguán.
La novedad había tenido lugar el 30 de marzo, cuando los periódicos Granma y Trabajadores, recién salidos del Poligráfico villaclareño y ahora en cuatricromía, inundaron el centro de la isla ese propio lunes, en una especie de oasis dentro del mar de informaciones, casi siempre desfavorables, sobre la pandemia de COVID-19.
Fue Yoel Márquez Conlledo, jefe de brigada en el Centro de Distribución y Transportación de la Prensa de la Empresa de Correos espirituana, quien tocó con sus manos los primeros bultos, todavía con un fuerte olor a tinta. Tras horas de impaciencia, él y el chofer del vehículo que trasladó la carga llegaron a la cabecera provincial a las 6:05 a. m. A partir de ese instante, en medio de la inusual curiosidad por los colores que asomaban desde las páginas, se reanudaba una práctica abolida desde el 30 de abril de 2018, cuando arribaron a la provincia los últimos periódicos que se imprimirían en Villa Clara hasta transcurridos casi dos años.
RECOVERSIÓN TECONOLÓGICA EXTENDIDA
El proceso de reconversión tecnológica de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Gráfica Villa Clara, iniciado el 3 de mayo siguiente como parte de un programa integral, se extendió más de lo previsto. Desde esa fecha y hasta comienzos del 2019, la impresión de los medios de prensa escritos de la región central de la isla tuvo lugar en la UEB Gráfica La Habana, lo cual obligó, al interior de las redacciones, a apurar la elaboración de textos y adelantar los horarios de cierre.
La llegada de la prensa a sus destinos dejó de fluir en los plazos habituales y las quejas, tanto de suscriptores como de la lectoría que la adquiere en la calle, llovieron en todo ese tiempo. Como cosa de risa, aunque agria, comenzaron a ser tomadas las noticias viejas en planas de papel, al estilo del pan en el monólogo de Pánfilo por aquello de “hoy te toca el de ayer; el de hoy te lo entrego mañana”. Los atrasos se acentuarían incluso más cuando, por imperativos del transporte, en enero del año pasado la Unidad Gráfica de Holguín asumió el compromiso inicialmente delegado en la capital cubana.
“Desde que comenzó a llegar de Holguín la prensa destinada a esta provincia hacía una larga travesía por tramos. Iba de Holguín a Camagüey, luego de allí a Ciego de Ávila y más tarde desde Ciego hasta acá. Con las paradas naturales de cada itinerario, a veces esa ruta demoraba 15 o 16 horas, aunque siempre llegaba en el día, pero ya avanzada la tarde”, relata Yoel.
Y agrega: “Pasado el conteo, que lleva no menos de hora y media, se enviaba a los municipios, adonde nunca llegaba antes de la medianoche. Por cuenta de las grandes restricciones de combustible tuvimos que apoyarnos muchas veces en el transporte intermunicipal, también muy limitado. Entonces era obligado repartirlo, cuando menos, al día siguiente”.
REGOCIJO PARA CORREOS Y LOS LECTORES
Cinco distribuidores de publicaciones que asumen a diario el conteo de la prensa llegan al centro a las cinco de la madrugada, y uno de ellos lo hace dos horas antes, por si los bultos se adelantaran. Ya agrupados según la pauta de cada municipio, preparan las asignaciones de cada ruta.
Son los gestores de transportación quienes reciben la carga y la distribuyen por los municipios y algunas de sus localidades. Antonio Valdivia Cruz, técnico general que atiende dicha actividad y recursos humanos, sostiene que con la puesta en funcionamiento de nuevos medios automotores, cuyo proceso de legalización demoró meses, se ha ganado en seguridad y agilidad.
“La holgura que tenemos en la disponibilidad de combustible comenzó a finales de marzo y no sabemos cuánto va a durar”, declara Darlys Ávarez Navarro, directora de la Empresa de Correos Sancti Spíritus, quien reconoce que la impresión en color y la inmediatez que conlleva son motivos de gran satisfacción para sus trabajadores.
Los amantes de la lectura en la prensa plana, en tanto, cruzan los dedos para que los periódicos sigan sorprendiéndolos como en estos días de encierro obligatorio: en colores y puntuales.
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