El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, alertó este miércoles sobre la posibilidad de que continúe la política injerencista de Estados Unidos, a pesar del cambio de gobierno en el país norteño.
Durante su intervención en el seminario web Victoria de Venezuela sobre el asedio imperial, organizado por la Universidad Internacional de las Comunicaciones, Cabello estimó que resulta improbable un cambio radical en la proyección de Washington hacia el exterior solo con la llegada al poder del demócrata Joe Biden.
‘Nadie puede pensar que en Estados Unidos (…) las cosas van a cambiar radicalmente con la llegada de un nuevo presidente; no es prudente hacer planes pensando que el señor Joe Biden va a llegar a cambiar la política internacional, el injerencismo, el intervencionismo, las invasiones’, opinó el dirigente socialista.
Biden era vicepresidente cuando el entonces mandatario Barack Obama firmó en 2015 el decreto que declaró a Venezuela una ‘amenaza inusual y extraordinaria’ para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos.
Esa orden ejecutiva abrió las puertas al recrudecimiento de las medidas de cerco político y económico contra la nación sudamericana, llevadas a un plano superior durante la administración del presidente Donald Trump.
En recientes declaraciones a medios internacionales, el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, reiteró la disposición de establecer una relación de diálogo y respeto con el Gobierno de Estados Unidos, y abogó por el cese de las acciones de intervencionismo en la nación sudamericana.
Desde Venezuela siempre hubo conciencia de la necesidad de buscar puntos de entendimientos con las administraciones estadounidenses, pero siempre se impuso la visión extremista de los círculos de poder dominantes en Washington, aseveró Maduro.
Agregó que las autoridades venezolanas esperan por la posibilidad de la apertura de rutas de diálogo con el nuevo gobierno del país norteamericano.
Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos el 23 de enero de 2019 tras el reconocimiento de la Casa Blanca a la autoproclamación del cabecilla opositor Juan Guaidó como presidente encargado, en acto de usurpación percibido en Caracas como intento de golpe de Estado.
Además del respaldo a un pretendido gobierno paralelo, Estados Unidos recrudeció las medidas de asfixia económica y prestó apoyo a conspiraciones dirigidas a provocar un cambio de régimen en el país, en complicidad con la extrema derecha nacional, de acuerdo con denuncias del Gobierno de Venezuela.
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