Esta vez no fue a teatro lleno, como había sucedido hasta hoy. Cuando el primer imperativo es contener la propagación de un virus que azota a casi toda la humanidad, y la urgencia es preservar las vidas, el homenaje transcurrió discreto y sin aglomeraciones inconvenientes.
Pero aun así fueron momentos conmovedores. En la memoria de todos, la proclamación del carácter socialista de la Revolución cubana en aquel preludio de la invasión por Playa Girón, hace 59 años. En la memoria, Fidel despidiendo a las víctimas de los crueles bombardeos de aviones disfrazados, muestra triste de los esfuerzos del gobierno de los Estados Unidos, desde entonces, para asfixiar el proceso independentista emprendido por Cuba.
Trabajadores y cuadros que acumulan entre cinco y 50 años de labor en el Comité Provincial del Partido y sus dependencias, así como en las estructuras homólogas de los municipios, recibieron este 16 de abril los diplomas acreditativos de un esfuerzo ejemplar y sostenido en bien de la nación. Esta vez el distanciamiento se percibió incómodo, pero de todos modos se impuso. Los nasobucos cubrían los rostros de los homenajeados, mas no lograron atenuar el brillo en los ojos de todos. Era un total de 80 trabajadores que, en tiempos de un coronavirus que nos ha cambiado la vida de repente, hicieron una pausa en su quehacer para acceder al agasajo en sus centros.
Algunos conmueven por su larga entrega, como Eneida Luna, con medio siglo en las lides partidistas, tiempo en el que transitó por diferentes responsabilidades y, una vez jubilada, volvió al trabajo en calidad de oficinista asistente. Es también el caso de Carlos Abreu, con sus 45 años, mayormente en la Oficina de Asuntos Históricos; de Geraldo Oliva y Pastor Guzmán, con sus 40 cada uno; el primero en múltiples quehaceres hasta llegar a operador de grupo electrógeno; el segundo, como periodista de la editora Escambray.
Otros suman también cifras redondas de servicio. Es el caso, entre muchos, de Enrique Álvarez Romero, quien de forma callada y responsable se ha dedicado durante tres décadas a los quehaceres de dirección política, desde empresas agrícolas, pasando por unidades militares en Angola, primer secretario del Partido en La Sierpe y Taguasco, hasta la Oficina de Atención a la Población del Comité Provincial, donde ha permanecido en los últimos 17 años.
Para Enrique la de hoy fue una ocasión excepcional. “Llegar hasta aquí cumpliendo tareas del Partido y que continúen confiando en nosotros es algo que enorgullece y compromete. Yo estoy seguro de que serviremos de ejemplo para las nuevas generaciones, y de que ellas serán capaces de hacerlo mejor”, declaró en un aparte con la prensa, en un abril atípico y también feliz.
muchas felicidades a todos los homenajeados se lo merecen por tanta entrega y responsabilidad a mi hermano Enrique y a todos mil GRACIAS por contar con personas como ustedes
Qué alegría ver en esa segunda imagen a Oliva, el hombre humilde y querido por todos. Ese negro honesto vale oro. ¡Felicidades para él por su entrega!
Felicidades a todos los trabajadores del PCC, que han cumplido con amor y dignidad las tareas orientadas durante muchos años