La persecución política contra los seguidores del expresidente de Bolivia Evo Morales continúa hoy como mecanismo represor del gobierno de facto contra quienes defienden el respeto a la estabilidad e institucionalización del país.
En los últimos tres días de la presente semana el régimen golpista arremetió contra el exministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, el expiloto de Morales, Celier Arispe, y ordenó el cierre de la Radio Kausachun Coca, medio comunitario ubicado en la localidad de Buena Vista, Norte de Santa Cruz.
La captura de Romero tuvo lugar la víspera tras salir de una clínica por afectaciones a la salud como consecuencia de constantes amenazas a su vida, hecho considerado por varios expertos como una violación de garantías constitucionales y derechos humanos.
«Denunciamos ante la comunidad nacional e internacional la detención ilegal del exministro de Gobierno, Carlos Romero, en clara violación de garantías constitucionales y derechos humanos. Romero fue sacado de la clínica donde permanecía bajo atención médica’, escribió Morales en su cuenta de Twitter.
Romero fue ingresado el sábado pasado en la Caja Petrolera de Salud de la urbe paceña y denunció que elementos violentos, partícipes de la crisis política que en noviembre obligó a dimitir al líder aymara, cercaron su casa y cortaron el suministro de agua e impidieron el acceso de alimentos.
Asimismo, el otrora jefe de la Fuerza Aérea de Bolivia, general Celier Arispe, permanece en prisión sujeto a investigación por presuntos delitos de uso indebido de influencias y enriquecimiento ilícito, cuando estaba a cargo de la Dirección General de Aeronáutica Civil.
El hostigamiento a Arispe se hizo sentir desde el fin de semana, cuando la policía lo retuvo durante dos horas en el aeropuerto de la ciudad central de Cochabamba, cuando estaba por viajar a La Paz, para presentarse a declarar ante la Fiscalía.
Por otra parte, la evidente violación a la libertad de expresión en la nación sudamericana bajo el gobierno de la autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez, se incrementó con el cierre de Radio Kausachun Coca, la cual venía enfrentando desde hace varias semanas interrupciones paulatinas en la transmisión, que solo eran restablecidas ante las protestas de los vecinos.
Desde el golpe de Estado contra Morales, más de 53 radios comunitarios suspendieron sus operaciones y los equipos de algunas de esas emisoras fueron destruidos, de acuerdo con informaciones y denuncias de diversas fuentes.
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