Este lunes, un centenar de personas se congregaron en el sur de la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, en protesta contra la brutalidad policial y el racismo luego de que un policía asesinara un afroestadounidense al que trataban de detener por infringir las normas de tráfico en bicicleta.
Si bien el suceso aún se encuentra en proceso de investigación, la policía alega que se produjo una pelea con el sospechoso, quien golpeó a un agente y dejó caer unas prendas que tenía en las manos, entre las cuales los oficiales vieron una pistola semiautomática.
El movimiento Black Live Matters (Las vidas negras importan) en la ciudad de Los Angeles expresó mediante su cuenta de Twitter que el fallecido se llamaba Dijon Kizzee, al tiempo que convocaron a apoyar a la comunidad.
Los familiares de la víctima solicitaron este lunes a la multitud congregada en las afueras de su residencia en señal de apoyo que las movilizaciones tuvieran un carácter «tranquilo».
Una mujer que conocía al fallecido y presenció la escena refirió a medios de prensa que Kizzee tenía una toalla y ropa en las manos, afirmando que los agentes «no tenían que dispararle más de cinco veces», aunque la policía no ha informado detalles sobre la cantidad de disparos realizados.
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