Rusia rechazó este martes las nuevas sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos, en esta ocasión contra una filial de la compañía petrolera Rosneft, y advirtió sobre el fracaso de la aplicación de esas medidas punitivas.
La semana pasada se dio ese paso con respecto a una serie de empresas en el complejo de defensa nacional, ahora contra una de las filiales de Rosneft, destaca un comunicado de la Cancillería rusa.
Por lo tanto, el número de intentos de Estados Unidos de presionar a Rusia al crear obstáculos a las relaciones económicas extranjeras y negar la emisión de visas norteamericanas ha llegado a 80 desde 2011, apunta.
La posición nuestra sobre las sanciones es conocida. Rusia categóricamente no acepta medidas restrictivas unilaterales por las cuales Estados Unidos, en su lucha por la hegemonía global, trata de someter a todo el mundo a su voluntad, subraya el documento.
No pudieron ni podrán influir en la posición rusa en los asuntos internacionales, incluida la interacción con las autoridades legítimas de Venezuela, Siria, Irán o cualquier otro país, destaca la Cancillería.
A menudo, detrás del uso por Estados Unidos de vías administrativos, además de supuestos ‘objetivos geopolíticos’, existe un deseo banal de crear ventajas para sus empresas, que no resisten una competencia leal con fabricantes rusos en el mercado mundial, subraya el comunicado.
Los dos últimos casos son de esta serie, asegura el ministerio de Asuntos Exteriores.
La política de sanciones destructivas de Washington mina cada vez más la libertad de comercio en el orbe, por lo que los norteamericanos abogan públicamente, y aumenta la tensión internacional, constata Moscú.
Es hora de que los políticos en Washington se den cuenta de que no lograrán nada mediante la presión económica y militar sobre Rusia, sino que solo exacerbarán la crisis de los nexos bilaterales, acota el texto.
La Casa Blanca anunció esta jornada la inclusión en su lista de sanciones relacionadas con Venezuela a la compañía suiza Rosneft Trading SA, filial de Rosneft, y al presidente de su consejo de directores, Didie Casimiro.
El argumento del departamento estadounidense del Tesoro es que esa empresa ayuda en la comercialización del petróleo de Venezuela, un país sometido a un cruento e ilegal bloqueo por Estados Unidos.
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