El fundador de Wikileaks, Julian Assange, exigió este 26 de febrero que se le permita sentarse junto a sus abogados y participar en el juicio que se celebra un tribunal británico para decidir sobre su extradición a Estados Unidos.
No puedo comunicarme con mis abogados o pedirles aclaraciones sin que la otra parte nos vea, se quejó el periodista australiano ante la jueza Vanessa Baraitser, tras afirmar que «soy tan participante en este proceso como lo es un espectador en (el estadio de) Wimbledon».
Desde que inició la vista oral el lunes pasado en la corte de la corona de Woolwich, contigua a la cárcel donde cumple prisión preventiva, a Assange solo se le permite asistir al proceso desde el banquillo de los acusados que está dividido del resto de la sala por un panel de cristal.
¿Cuál es el punto de preguntarme si puedo concentrarme, si no puedo participar?, preguntó el ciberactivista, a quien Estados Unidos quiere enjuiciar por haber divulgado en Wikileaks decenas de miles de archivos secretos de la diplomacia y los militares norteamericanos.
Tras la queja y la solicitud de los abogados de la defensa de que se le permita a su cliente sentarse junto a ellos, la jueza Baraitser se mostró dispuesta a estudiar la situación, mientras los fiscales estadounidenses advirtieron que se opondrán a que al acusado sea dejado en libertad para asistir al juicio.
La víspera, uno de los letrados del equipo de defensa de Assange denunció que el primer día de la vista oral los guardias del penal de máxima seguridad de Belmarsh esposaron al periodista australiano 11 veces, y lo obligaron a desnudarse en otras dos ocasiones, además de retenerlo en cinco celdas distintas y confiscarle los documentos legales.
Este miércoles, el abogado Edward Fitzgerald hizo hincapié en la naturaleza política de los cargos presentados por la fiscalía norteamericana, y advirtió que el tratado vigente entre Estados Unidos y el Reino Unido prohíbe la extradición por delitos de esa naturaleza.
De acuerdo con el cronograma fijado por la magistrada Baraitser, el primer tramo de la vista oral concluirá este viernes, y se reanudará el 18 de mayo, cuando se escucharán los testimonios de los testigos de ambas partes.
De ser extraditado a Estados Unidos, Assange podría ser condenado a 175 años de cárcel, a partir de los 18 cargos que se le imputan, de los cuales 17 son por delitos relacionados con el espionaje y el restante con la piratería informática.
Al igual que en los días anteriores, decenas de activistas se manifestaron este miércoles frente al tribunal de Woolwich en demanda de la liberación del periodista australiano.
Entre los que acampan en las afueras del juzgado está un nutrido grupo de miembros del movimiento social Chalecos Amarillos, quienes se trasladaron desde Francia y Bélgica para expresar su solidaridad con Assange, constató Prensa Latina.
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