La renuncia en pleno del gobierno del primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, responde a los cambios constitucionales propuestos por el presidente Vladimir Putin que atañen a nuevas prerrogativas de los poderes del estado.
En su intervención ante la Asamblea Federal, Putin afirmó que los requisitos del derecho y tratados foráneos, así como las decisiones de organismos internacionales, pueden actuar en el territorio de Rusia, solo si no implican restricciones o una violación de la carta magna rusa.
Los jefes de las divisiones administrativas, los miembros del Consejo de la Federación (senado), diputados de la Duma del Estado, el jefe del Gobierno, ministros federales, jefes de otros organismos de ese nivel y los jueces, no pueden tener ciudadanía extranjera, sugirió el estadista.
El Consejo de Estado, que reúne a todos los dirigentes de las regiones de Rusia, debe dársele en la Constitución un reconocimiento oficial, propuso Putin.
Ahora, según los artículos 111 y 112 de la Carta Magna de Rusia, el Presidente solo recibe el consentimiento de la Duma del Estado para nombrar al jefe del Gobierno de Rusia, y luego él mismo nombra al jefe del gabinete, sus sustitutos y los ministros, recordó.
Propongo confiar a la Duma la aprobación de la candidatura del jefe del Gobierno de Rusia, y luego, a propuesta del jefe del Ejecutivo, a todos los vice primeros ministros y ministros federales, señaló Putin.
El mandatario estará obligado a aceptar la decisión del Parlamento, destacó el jefe de Estado, quien aclaró, sin embargo, que en un país tan extenso y diverso como Rusia es imposible un régimen parlamentario y se necesita de una presidencia fuerte.
Por eso, el jefe de Estado debe retener el derecho de determinar las tareas y prioridades del Gobierno, así como de destituir al jefe del ejecutivo y los ministros federales en caso de desempeño indebido de sus funciones o una pérdida de confianza, afirmó.
También sugirió que los dirigentes de las instituciones de la fuerza (ministerios de Defensa e Interior, servicio de seguridad, inteligencia exterior y otros) sean propuestos por el Presidente, pero aprobados, solo tras consultas con el Consejo de la Federación.
Además, se pronunció por que el senado ruso pueda decidir sobre la destitución de algún juez del Tribunal Constitucional (TC) y del Supremo (TS), en caso de poner en juego su reputación en ese cargo.
El TC, afirmó, debe contar con la posibilidad de, a propuesta del mandatario ruso, revisar la constitucionalidad de las legislaciones nacionales.
Todo ese paquete de enmiendas constitucionales debe someterse a consideración de la población y solo después de conocer sus resultados, tomar una decisión final, afirmó el estadista ruso.
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