Todavía hay por ahí quienes piensan que fue una locura abrir en Sancti Spíritus la enseñanza de la danza. Y quizá sus argumentos encuentran solidez en criterios técnicos. Mas, la historia ha demostrado que no es la primera vez que de un impulso han nacido hechos significativos. Precisamente, de aquella iniciativa en el año 2015 hoy la provincia goza de contar con los primeros egresados en esa manifestación en la Escuela Elemental de Arte Ernesto Lecuona.
“Estamos muy contentos por los resultados en el pase de nivel”, confesó a este diario vía telefónica, desde la Escuela Vocacional de Arte (EVA) Olga Alonso, de Villa Clara, Daimirelys Navarro Hernández, subdirectora provincial de Enseñanza Artística en Sancti Spíritus.
Ese centro ya cuenta en su matrícula con los 13 estudiantes de esta tierra que merecieron los aplausos del riguroso tribunal, que tras dos días de intensas pruebas evaluó cada uno de sus movimientos.
“Nuestra primera graduación, cuando culmine sus cuatro años del nivel medio, retornará a la provincia a realizar su servicio social, a fin de mostrar sus conocimientos, tanto en agrupaciones danzarias que puedan crearse como en el claustro de la escuela”, añadió.
Para el pequeño colectivo de esa especialidad en la Lecuona este egreso fue muy estresante, no por resultar el primer parto de un gran anhelo necesario, sino por las condiciones con que debieron prepararse los estudiantes en los últimos meses.
La escuela espirituana, como el resto de los centros educacionales del país, cerró sus puertas en el mes de marzo por la COVID-19, por lo que cada adolescente debió convertir su casa en el más idóneo de los tabloncillos y mediante aplicaciones de mensajería recibir las orientaciones y sugerencias del claustro docente.
Luego, en el mes de septiembre el grupo aprovechó la escasa brecha dejada por el SARS-Cov-2 y subió al Teatro Principal, hasta que, otra vez, la compleja situación epidemiológica obligó a retornar a sus hogares.
Mas, la fusión entre el esfuerzo individual y los saberes aprendidos durante los cinco años de carrera hicieron posible que el total de aspirantes al pase de nivel se mueva hoy por los pasillos, tabloncillos y aulas de la EVA, de Villa Clara.
La especialidad de danza abrió sus puertas en el 2015, tras muchos años sin existir aquí esa formación, en la sede de la otrora Academia de Artes Plásticas Oscar Fernández Morera, de Trinidad como anexo de la Lecuona. Al año, la manifestación artística menos pródiga en esta provincia encontró refugio en Sancti Spíritus, terruño que hoy baila de felicidad por tan reconfortarte alegría.
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