En medio del actual escenario que ha impuesto la COVID-19 a los cubanos, la dirección del país ha dejado claro que la construcción de viviendas y el programa para disminuir el déficit habitacional no ha dejado de ser una prioridad en cada uno de los territorios.
En Sancti Spíritus, al poner la balanza entre lo que se ha hecho y lo que queda por hacer, el peso se inclina hacia los atrasos y los incumplimientos de algunos de los compromisos del plan estatal, que hoy tiene la deuda de unas 25 viviendas. Así lo ilustran las cifras ofrecidas por Néstor Borroto, al frente de la Dirección Provincial de la Vivienda.
“Al cierre del primer cuatrimestre del año se habían concluido 466 obras nuevas, el 33 por ciento de las 1 353 a terminar en el año, 342 de ellas por la vía del esfuerzo propio de la población. Los mayores atrasos están en la construcción por la vía estatal y en las células básicas habitacionales correspondientes a los subsidios. Dentro de ese plan de esfuerzo propio está la ejecución de las células básicas habitacionales, algo que no anda bien ya que, de un compromiso anual de 435, hasta la fecha solo se ha concluido el 13 por ciento de ellas”.
Evidentemente la provincia sale del retroceso en que estaba sumida en las primeras semanas del año, cuando se comenzó casi de cero sin una secuencia constructiva que diera continuidad al cronograma de ejecución, aunque no avanza todo lo que se pretende por causas que van desde la escasez de recursos hasta la falta de panificación a la hora de cumplir con los cronogramas de ejecución.
YAGUAJAY NO SE DA POR VENCIDO
Las críticas y las sugerencias del primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, calaron hondo a inicios de año en los constructores y en los directivos del sector de la Vivienda en Yaguajay, que no han dejado de hacer casas y, a juicio de Rolando López Figueroa, director de la Vivienda en ese municipio, han tratado de alejar la sombra de la chapucería de los inmuebles que deberán entregarse en este primer semestre del 2020.
“Antes de que finalice el mes de mayo está previsto concluir las 44 viviendas que conforman el reparto Frente Norte Las Villas, de Mayajigua; un edificio de 12 apartamentos en el Reparto Revolución, un grupo de inmuebles en Meneses, así como casas rústicas aisladas en zonas rurales”, explicó López Figueroa.
En esta misma fecha del pasado año todo parecía imposible, los más reacios se paraban escépticos ante los paneles de tecnología Sandino hasta que cogieron forma las primeras casas. Hoy muchas están pintadas y listas para acoger a sus inquilinos, en los alrededores se funden aceras y se termina el tanque séptico.
“Estas sí son viviendas que soportan ciclones”, dicen quienes ya conocen cuál será su casa. “Por dentro están bien hechas y no tienen nada que envidiarles a los apartamentos de edificios”, confiesan otros.
Para Elia Rosa Delgado, técnica inversionista a pie de obra, no hay tiempo de justificaciones que impidan entregar una vivienda decorosa.
“La calidad ha mejorado ostensiblemente y para ello hemos hecho chequeos sistemáticos que han ayudado a resarcir los errores que en un inicio tenían las terminaciones”, precisó la funcionaria.
NO HAY TIEMPO DE ESPERA
A pesar de la COVID-19, las restricciones energéticas que se arrastran desde el pasado año y las limitaciones de recursos, el compromiso de los constructores es ponerse al día en el mes de mayo con el impulso a la edificación de cerca de un centenar de inmuebles en toda la provincia.
La prioridad es para los 693 derrumbes totales causados por eventos climatológicos, el grueso de ellos en Yaguajay, y el resto repartido en los municipios de Sancti Spíritus, Trinidad, Taguasco y Jatibonico.
“De todas las afectaciones del huracán Irma en Yaguajay quedan por resolver 617 derrumbes totales y este año deberá resolverse por la vía estatal y el esfuerzo propio el 50 por ciento de esas afectaciones para concluirlas en el 2021, siempre en dependencia de la disponibilidad de recursos.
“No obstante, las intenciones van más allá de apegarnos a la construcción de repartos y se ha hecho un levantamiento para empezar a construir en locales adaptados y de esa forma suplir el déficit de inmuebles terminados que pueda provocar la no terminación de un edificio que hoy está parado en fase de cimentación por falta de acero para los elementos prefabricados”, apuntó el director municipal.
En los restantes territorios espirituanos, excepto en la cabecera provincial, se trabaja en la construcción de casas rústicas, mientras que en la ciudad del Yayabo se ejecuta el movimiento de tierra para una nueva edificación en el reparto 23 de Diciembre.
Afortunadamente, las fábricas de cemento no han dejado de suministrar el producto, aunque se conoce que hay renglones críticos como el acero, de ahí la importancia de desarrollar las industrias locales que deberán ser capaces de fabricar diariamente los recursos correspondientes a una vivienda, y al mismo tiempo producir insumos alternativos a favor de una población que, además de construir, pretende mejorar el estado técnico de sus inmuebles.
Allá en Mayajigua, quienes perdieron sus viviendas con las rachas del huracán Irma saben que en el crecimiento de los nuevos repartos hubo contratiempos y detalles por enmendar, pero coinciden en algo: “Todas están mejor que las que teníamos y con un confort que nunca soñamos”.
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