La zona conocida como Laguna de Cantarrana II, perteneciente al municipio espirituano de La Sierpe, se convirtió en un sitio arqueológico que revela la presencia de arte rupestre mobiliario, un descubrimiento que solo se había reportado en tres locaciones cubanas, de las cuales dos corresponden a nuestra provincia.
Los Mates, en Holguín; Playa Carbó, en Yaguajay y El Garrote, en la zona de Banao figuran entre los sitios reconocidos con presencia de la cultura indígena, pero en el caso de Laguna de Cantarrana II las muestras corresponden a tres piezas de gran valor, con decoraciones en líneas incisas, entrecruzadas en zigzag y rectas perpendiculares, las cuales indican la representación de aborígenes de los denominados agricultores-ceramistas.
Reinaldo Pérez Jiménez, arqueólogo del Gabinete de Arqueología Manuel Romero Falcón, de la Oficina del Conservador de la ciudad patrimonial de Sancti Spíritus, dijo que las muestras se localizaron tras varias exploraciones al sitio, el cual forma parte de un tema investigativo que se desarrolla desde el 2016 y que da continuidad a estudios realizados en la década del 80, por el geógrafo yaguajayense Eriel Sánchez, quien había descrito restos de cerámica y piedras talladas por los indígenas al aire libre y no en las paredes de cuevas como se conocía hasta entonces.
“Al parecer la Laguna Cantarrana II, que abarca unas 67 hectáreas, constituyó fuente de agua y alimentos para nuestros aborígenes, por lo que en sus inmediaciones encontramos otras evidencias relacionadas con dicha cultura, incluso de diversas tribus como la de recolectores-cazadores-pescadores, aunque no hemos podido precisar, porque forma parte de otra investigación, si ambos clanes coincidieron en el tiempo o si fue de manera independiente”, apuntó Pérez Jiménez
En otro asentamiento espirituano conocido como Toma de Agua, en las márgenes del río Zaza, existen también antecedentes de culturas aborígenes entremezcladas, es decir: recolectores-cazadores-pescadores y agricultores-ceramistas, las cuales, tras un minucioso estudio, determinaron que sí convivieron en el mismo período y lugar.
Según el propio arqueólogo, los hallazgos en Laguna de Cantarrana II se lograron tras varios años de espera, pues la zona se encuentra cultivada de caña y solo después de que se produce la roturación del suelo, tras la cosecha, es que pueden hurgar en busca de evidencias.
“En Toma de Agua —aclara el arqueólogo— nos autorizaron una excavación controlada a 40 centímetros de profundidad, donde aparecieron las primeras muestras de agricultores-ceramistas y en ese mismo orificio, pero a partir de los 50 centímetros revelamos, bajo varias capas de suelo, evidencias de los protoagricultores, que indican la permanencia de aborígenes en el mismo sitio; pero en épocas distintas”, añadió el especialista.
Las muestras encontradas en cada uno de los descubrimientos arqueológicos en Sancti Spíritus, tras su identificación, estudio y clasificación, son avaladas por el Gabinete Arqueológico de la Oficina del Historiador de La Habana, para formar parte de las colecciones de los museos en nuestro territorio.
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