Que en un día como hoy —cuando se computa el cierre de la jornada anterior— Sancti Spíritus no reporte casos positivos a la COVID-19 no significa que estemos curados ni de espantos. Sobre todo, porque en las jornadas precedentes hemos seguido experimentando el acostumbrado vaivén de las estadísticas del nuevo coronavirus.
Solo bastarían unos ejemplos para ilustrar el errático comportamiento: al cierre del 27 de diciembre nueve espirituanos se diagnosticaron con la enfermedad — tres de Fomento: uno contacto de caso confirmado y dos importados; dos de Sancti Spíritus: uno contacto de caso confirmado y uno importado; tres de Yaguajay: uno contacto de caso confirmado y dos importados; y uno importado de Taguasco. Al día siguiente notable disminución: un caso autóctono de Yaguajay.
Como se puede apreciar el lado débil de la pandemia hoy, no solo en la provincia sino en Cuba entera, son los viajeros y más que eso la violación de los protocolos sanitarios establecidos.
Amargas experiencias hemos padecido en otros momentos, las cuales han vuelto a desestabilizar la situación epidemiológica ganada en el territorio.
Pero a tono con el vuelo que han ido tomando los casos importados, el Ministerio de Salud Pública ha dispuesto nuevas medidas entre las que figuran la reducción, a partir del 1 de enero, de los vuelos procedentes de Estados Unidos, México, Panamá, Bahamas, Haití y República Dominicana; la obligatoriedad de presentar la realización de una prueba PCR con resultado negativo a COVID-19 con 72 horas de antelación de iniciado el viaje y el mantenimiento de la toma de muestra de PCR en frontera y al quinto día para aquellos viajeros que no arriben en condición de turistas.
Sancti Spíritus que meses atrás ha andado por el filo de la COVID-19 no debería olvidarlo —menos ahora—: basta un dedo para que se vuelvan a multiplicar todos los riesgos.
Protegernos sigue siendo el mejor de los antídotos, porque por el momento el SARS-CoV-2 no nos va a dar tregua.
Protegernos sigue siendo el mejor de los antidotos, sin embargo muchas personas aun en nuestra ciudad no lo comprenden, entre ellas las madres con niños pequeños en las colas para que las pasen o entrar a las tiendas, embarazadas, impedidos fisicos que ni pueden valerse a pululu en las colas y sin carne que los avale, las personas sin el distanciamiento debido etc. Desgraciadamente sacan chupachupa y las personas hacen una cola de anja y ademas necesitan policia porque no se ponen de acuerdo detras de quien van a conciencia, parece que ese mal nos perseguira por mucho tiempo, igual al coronavirus. Una desgracia. Felicitar a la salud y al minint por su abnegado trabajo.