Sancti Spíritus: un cinturón de seguridad contra la COVID-19 (+infografía)

El municipio cabecera se confirma como el territorio más complicado de la provincia luego del rebrote de la COVID-19, al reportar hasta este viernes 38 de los 85 positivos diagnosticados. Desde el pasado lunes 28 de septiembre se extreman medidas para cercar el nuevo coronavirus

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En varias zonas de la ciudad espirituana se ha restringido el acceso. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)
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En varias zonas de la ciudad espirituana se ha restringido el acceso. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Si se mira bien, la planicie grisácea luce ahora mucho más ancha, tan estirada que desde la esquina de Plácido se puede ver sin esfuerzo al transeúnte que pasa una cuadra más allá bordeando también la valla. Pero es el mismo espinazo de asfalto de siempre, que se tuerce y sostiene unas cuantas viviendas levantadas a un lado y a otro en un cordón larguísimo.

La Plazoleta de Hanoi, esa calle ensanchada y emblemática de la ciudad, tan famosa por sus ires y venires, por las tarimas que le han crecido más de una vez en la esquina misma de las casas, por las pipas de cerveza que han pernoctado tanto allí en tiempos de carnaval, ahora es apenas un murmullo que sobrecoge.

Desde el pasado 28 de septiembre, en la punta misma de aquella arteria se han parado unos tubos metálicos donde un cartel de “No pase” frena más que el paso. Y no resulta excepción. Es un cerco que se ha ido levantando a propósito por casi toda la ciudad cabecera.

Ante la dispersión acelerada de los 38 casos positivos al nuevo coronavirus que hasta este viernes se reportaban en el municipio de Sancti Spíritus luego del rebrote de la COVID-19, varias barreras intentan sitiar el virus.

Habían pasado más de un centenar de días de que en la cabecera provincial se reportara el último paciente confirmado con la enfermedad. Mas, la calma fue pasajera; la preocupación —como el mismísimo virus y los cercos— acechan por todos lados.

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El transporte local funciona con medidas para asegurar el distanciamiento. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

A PUERTAS CERRADAS

Para contener los contagios de la COVID-19 que se han ido incrementando en el municipio cabecera no hay por ahora otros antídotos: prevenir y aislar. Hasta antier había tres focos activos en este territorio: dos a punto de cerrarse por no generar durante días más pacientes y uno que ese propio jueves pasó a ser evento de transmisión local.

A este último suceso —al que se han relacionado autoridades municipales y trabajadores de la salud— obedecen la mayoría de los enfermos diagnosticados en las últimas jornadas en la provincia; tanto que, hasta el viernes, la cifra de pacientes involucrados en él superaba la treintena.

Pero lo advertía desde antes el doctor Manuel Rivero Abella, director provincial de Salud: “La vacuna es aislarnos y protegernos”; y, a seguidas, revelaba una verdad innegable, la de la tendencia al incremento de los casos asociados, en lo fundamental a este último evento, si se tiene en cuenta el inviolable protocolo de detección de caso positivo, aislamiento y estudio de sus contactos. Y aportaba el doctor otro argumento: “Se han diagnosticado los casos oportunamente, en el momento ideal”.

De ahí que en estas jornadas las ambulancias no hayan parado de trasladar hasta el último de los implicados en dichas cadenas; de ahí que se hayan estudiado más de 2 000 personas y permanezcan en los centros de aislamientos cientos de espirituanos.

Cuando este jueves las autoridades del Ministerio de Salud Pública revelaban ante el Grupo Temporal de Trabajo que encabeza el presidente de la República, que este evento de transmisión local del área centro del municipio espirituano tenía como caso índice un trabajador de la salud, ya en las instalaciones sanitarias del territorio se habían extremado no pocas medidas.

Al menos, en la Dirección Municipal de Salud —donde se han infectado con el nuevo coronavirus parte de su Consejo de Dirección y de sus trabajadores— se han aislado todos y labora un equipo emergente de la Dirección Provincial de Salud. Igualmente, en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, centro en el que se han contagiado trabajadores vinculados, fundamentalmente, al Consejo de Dirección, se ha reforzado todo: desde la desinfección de las áreas hasta la limitación de sus servicios a régimen de urgencias y emergencias.

“El nivel de actividad de la institución se ha disminuido hasta el 50 por ciento —sostuvo Rivero Abella—. Se limitaron niveles de acceso, se suspendieron las consultas externas y solo se intervendrán quirúrgicamente aquellas personas que presenten enfermedades que clasifiquen como emergentes y urgentes. Asimismo, se mantienen suspendidas las visitas a los pacientes ingresados.

“El personal de salud que ha enfermado ha sido por contacto con un caso positivo, pero no ha sido durante la asistencia médica”, puntualizó.

En Sancti Spíritus se ha vuelto a confirmar la misma certeza que en marzo pasado nos plantaba el entonces desconocido virus: la COVID-19 tampoco cree en identidades y le basta un ápice para enfermar y multiplicarse.

UN CINTURÓN DE SEGURIDAD

—Meyvi, dile a mi mamá que estoy bien, se escucha desde el segundo piso de aquella casa. Más allá, otra voz, desde lo que ahora es el Puesto de Mando —aunque en el cartel se lea: Oficina de trámites. Dirección Municipal de la Vivienda Sancti Spíritus— la detiene: “Meyvi, ya están aquí los medicamentos”.

Lo cierto es que Meyvi Toledo, la trabajadora social, ha trillado la Plazoleta de Hanoi de arriba a abajo y de abajo a arriba desde que a esa zona, como a otras tantas en la urbe, les restringieran la movilidad.

“Es algo estresante, pero ayudar a las personas te fortalece. Les llevamos todos los recursos a las casas y le hacemos más fácil estos días. Esto no tiene hora”, confiesa Meyvi.

Al menos allí, se han distribuido no pocas cosas, según refería Antonio Plasencia Dueñas, el presidente de la Zona de Defensa 09 El Parque: “Se ha vendido queso, queso crema, pan, galletas, panqués, manteca… Aquí no entra ni sale nadie y las personas están siendo disciplinadas. Tenemos 62 viviendas donde viven 144 moradores y nos apoyamos en cuatro ciudadanos que sirven como enlace para hacer llegar todo”.

Más o menos del mismo modo funcionan las distintas áreas de la ciudad a las que hoy les han crecido vallas metálicas o cintas amarillas para limitar el acceso a ellas. Con la dispersión de la COVID-19 —en los seis Consejos Populares urbanos existen casos confirmados con la enfermedad— no pocas previsiones intentan cortarle el paso al virus.

En tal sentido, Alexis Lorente Jiménez, vicepresidente del Consejo de Defensa Municipal, apuntaba que entre las medidas adoptadas en la cabecera provincial sobresalen la suspensión del transporte desde y hacia Sancti Spíritus —tanto estatal como privado— y de los servicios de mototaxis, coches, bicitaxis, máquinas…; el reajuste de la terminación del curso escolar; la prohibición de brindar servicios dentro de las instalaciones del Comercio y la Gastronomía; la no movilidad entre las siete de la noche y las cinco de la mañana…

“Hacemos un llamado al orden y a la disciplina —dijo Lorente Jiménez—. Hay que recurrir al accionar consciente de todos. No es momento para fiestas familiares, juegos de dominó, pelota, fútbol; hay necesidad del distanciamiento entre las personas”.

En Sancti Spíritus, el territorio más complicado ahora con la COVID-19 en la provincia, se ha colocado una especie de cinturón de seguridad: sogas de cuadra en cuadra, puertas cerradas en no pocos hogares, cierre de establecimientos, frenos a la movilidad de los carros y de las personas. Habrá que vivir así para salvarnos, mientras la zozobra y la COVID-19 anden agazapadas por esta ciudad.

Dayamis Sotolongo

Texto de Dayamis Sotolongo
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

Comentario

  1. A todos los espírituanos, como alguien dijo antes la mejor vacuna ahora es usar el nasobuco, de otra forma esto no va a disminuir.
    Aquí en EU hay barrios donde grupos muy grandes no han querido usarlos y han tenido que cerrar escuelas de nuevo.
    Por favor, sigan las instrucciones de Sanidad. No se dejen vencer.
    Soy maestra retirada y en NY CIUDAD, o sea sus cinco condados han muerto 34 maestros.
    Rezo por todos diariamente. EL nos salvará.
    Suerte. Aunque soy remediana mi familia vive slli
    Me siento espirituana
    Un abrazo virtual

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