La epidemióloga espirituana Yurién Negrín Calvo integra el Contingente Henry Reeve que participa en la prevención y control del nuevo coronavirus en Nicaragua a solicitud del gobierno de ese país
—Seguramente me escucha bajito porque tengo puesto el nasobuco, en pocos minutos subimos al avión. Vamos protegidos.
La voz de la especialista espirituana en Higiene y Epidemiología Yurién Negrín Calvo anuncia a esta reportera, desde el Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, la partida hacia Nicaragua. Otra historia de salvación empieza a entretejerse en tiempos de coronavirus, cuando los pobres de alma olvidan a sus semejantes y acortan la mirada para no ver a quienes buscan remedio a los males.
Acompañada de un equipo de virólogos, epidemiólogos y médicos clínicos intensivistas, la integrante de la brigada médica del Contingente Internacional de Médicos Especializados en el Enfrentamiento de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve viajó este 18 de marzo hacia el país centroamericano ante la solicitud de ayuda del gobierno nicaragüense para enfrentar el SARS-CoV-2.
“Es una brigada pequeña, de cinco personas; pero todo el mundo va con una tarea importante —señaló Negrín Calvo—. Compartiremos con el pueblo y gobierno de Nicaragua nuestras experiencias en materia de prevención a partir del plan que ellos tienen diseñado para enfrentar el coronavirus. Trabajaremos en equipo, y lo asumiremos con ese sentido humanista que ha caracterizado a la colaboración médica cubana.
“Será, como siempre, una ayuda solidaria e incondicional”, afirmó la especialista espirituana, con misiones internacionalistas en Bolivia y Venezuela y, en esta última, protagonista del nacimiento en el 2003 de Barrio Adentro Salud, una iniciativa impulsada por el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, que llevó los servicios asistenciales hasta las comunidades más pobres del país sudamericano.
Esta vez en Nicaragua, la doctora Yurién Negrín Calvo, junto a los demás galenos, brindará asesoramiento sobre protocolos a aplicar en caso de afectación por el nuevo coronavirus, además de poner en conocimiento el cuadro de medicamentos cubanos empleado en China con resultados favorables, entre estos, el Interferón alfa-2B humano recombinante.
El asesoramiento cubano para enfrentar el brote por coronavirus ha sido solicitado por Italia, España, Venezuela, el Salvador y otras naciones, sabedoras de la larga experiencia de la Mayor de las Antillas en el enfrentamiento exitoso de emergencias naturales y de salud.
En la lucha contra la epidemia del Ébola en 2014, Cuba se convirtió en el primer país que envió cooperantes a solicitud de la Organización Mundial de la Salud a África, batalla épica que superó el silencio mediático.
En 2020, la Covid-19 pone en vilo al mundo y en una pequeña isla, donde también se lucha contra los demonios de un virus mortal atraca un crucero con unas 1 000 personas a bordo, cinco de ellas contagiadas. A salvo las vidas y el sentido de humanidad.
Nada puede varar la grandeza solidaria de Cuba que, además, asiste al llamado de naciones hermanas y responde al desafío común de salvar al mundo de algo más fatídico que el nuevo coronavirus, el egoísmo del hombre.
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