Después del golpe de Estado de noviembre de 2019, Bolivia vive tiempos convulsos en medio de la crisis sanitaria y sus opciones de cara a las elecciones presidenciales son muy claras a día de hoy: Socialismo o neoliberalismo.
Por un lado está Luis Arce, candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS), con una propuesta de unidad y consenso, enfocada en sacar al país de la crisis económica y social con premisas de la equidad e interculturalidad.
El exministro boliviano de Economía consideró que existe un retorno al modelo neoliberal, y criticó al Gobierno de facto por la ausencia de alternativas para resolver la crisis.
‘Lo que vemos es la reposición del modelo neoliberal. El programa de este ejecutivo es una farsa. No existe una solución del problema económico, sino que es demagogia electoral’, subrayó Arce en su cuenta en Twitter.
Entre sus propuestas de campaña, el MAS asegura que combatirá la pobreza, el hambre y el desempleo, además de recuperar la institucionalidad cultural, como ya hizo durante los años de Evo Morales en el poder (2006-2019), cuando el país alcanzó sus máximos índices de desarrollo.
Por el otro lado están los partidos de derecha con sus doctrinas neoliberales, que intentan separar al Estado de los asuntos jurídicos y económicos, y también persiguen mercantilizar todos los recursos del país, tanto naturales (en especial las reservas de gas natural y litio) como humanos.
En este segundo grupo de aspirantes están, entre otros, el expresidente Carlos Mesa (Partido Comunidad Ciudadana), Luis Fernando Camacho (Creemos), Jorge Quiroga (Libertad y Democracia), y Chi Hyun Chung (Frente Para la Victoria).
Hasta ahora, Arce lidera las encuestas, por delante de Mesa, e incluso llegó a asegurar ayer que ganará la presidencia en la misma primera vuelta de votaciones.
Sin embargo, alertó de posibles fraudes en las elecciones y convocó a la prensa y a la comunidad internacional para lograr la mayor transparencia en los sufragios del 18 de octubre.
Según analistas, la nación sudamericana se encuentra inmersa en una profunda crisis política, económica y social, agravada aún más por los embates de la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19.
El país cayó en profunda crisis después del golpe de Estado que sufrió Evo Morales en noviembre de 2019, que devino en el actual Gobierno de facto, encabezado por Jeanine Áñez.
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