El Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de Brasil presentará este 21 de mayo en la Cámara de Diputados una nueva petición de destitución del presidente Jair Bolsonaro por irresponsable conducta ante la pandemia de Covid-19 y atentar contra la democracia.
La solicitud cuenta con el apoyo de partidos opositores como de los Trabajadores (PT), Comunista de Brasil (PCdoB), Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), Comunista Brasileño (PCB), Unidad Popular UP, además de más de 400 entidades y movimientos sociales.
El pedido cita crímenes de responsabilidad y contra la salud pública cometidos por el mandatario ultraderechista, así como la participación en actos antidemocráticos que pedían el cierre del Congreso Nacional y del Supremo Tribunal Federal.
De igual manera se alude a otras contravenciones como la interferencia en la Policía Federal (PF) con la renuncia del delegado Maurício Valeixo al mando y el apoyo al autodenominado grupo 300 de Brasil, integrado por activistas de extrema derecha.
‘Es una larga lista de delitos contra el libre ejercicio de los poderes constitucionales, contra el libre ejercicio de los derechos políticos, individuales y sociales, contra la seguridad interna del país y contra la probidad administrativa’, indica el PSOL en un comunicado.
Recientemente, la Asociación Brasileña de Prensa (ABI) envió a la Cámara baja una solicitud de cesantía del exmilitar y suman más de 30 los pedidos entregados en esa asamblea. Su titular, Rodrigo Maia, decidirá si abre o no el proceso.
La entidad cita el artículo 85 de la Constitución de 1988, además de las disposiciones de una ley que define los quebrantamientos, mencionados por el PSOL.
En su documento, la ABI insiste en las denuncias realizadas por el exministro de Justicia Sérgio Moro sobre el entrometimiento de Bolsonaro en la gestión de la PF.
Es un delito de responsabilidad, añade, la ‘conducta repetida’ del presidente contra las recomendaciones sanitarias durante el período de la pandemia.
Con ello, Bolsonaro estaría ‘poniendo en riesgo la salud y la vida de los brasileños, especialmente de los más vulnerables, y sería incompatible con el decoro y la dignidad que se exige a un jefe de Estado’.
Periódicamente el gobernante pasea por el Distrito Federal, donde provoca aglomeraciones en claro desafío al confinamiento social, principal medida para contener la Covid-19 que en el país cobró cerca de 20 mil muertes.
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