Ellos fantasean todo el tiempo. Kevin Michel y Kenly Dagoberto Martínez Dorta viven esa ilusión infantil que se va perdiendo con la edad porque sus 10 y 11 años de edad, respectivamente, no conocían el mal tiempo y la mala cara, hasta que llegó el nuevo coronavirus.
Los niños más retozones del barrio se enteraron de que era imposible jugar fútbol en la tierra, o pelota manigüera en cualquier espacio. Los primeros días fue muy fácil porque había tiempo para todo, no había que levantarse tan temprano para ir a la escuela, pero hasta eso aburrió tras las primeras semanas de aislamiento social.
Meriendas fuera de los horarios habituales, encontronazos entre los hermanos a cada momento y una habitación revuelta hasta los cimientos dejaban huellas de un “encierro” que despertó la añoranza por andar “mataperreando” hasta la hora del baño, luego las tareas y la comida, y el desespero por un torrente de sol o unos minutos de juego al aire libre.
Aunque tenga que poner la alarma para que no se pase la hora, fue una suerte lo de las teleclases para que no se atrase el curso escolar, repite Kevin, pero a Daguito le gusta más estar en el aula frente a la maestra, porque entiende mejor. “Hay que inventar” pensaron, quizás por aquello que les enseñó El Principito: “Es una locura odiar a todas las rosas, porque una de ellas te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó”.
La imaginación tomó su vuelo y las ideas llegaron pronto cuando prestaron mayor atención a lo que enseña Art Attack, el programa televisivo de manualidades de donde nació un juego de golf que no supera al fútbol callejero, pero alivia el aburrimiento.
Benditas aplicaciones que dejan a la madre sin datos móviles, pero ayudan a los ejercicios para infantes, a buscar juegos “de pensar” y, lo más importante, a encontrar esas canciones de homenaje a nuestros médicos y trabajadores de la Ssalud.
El cintillo televisivo que anuncia las nueve de la noche da paso a un ritual que ninguno de los dos se pierde: Kevin ya encontró canciones en varios sitios para “bajar” sus preferidas: las varias versiones de Resistiré, o Quiero verte otra vez, de la orquesta cubana Havana D’ Primera y Volveremos a brindar, interpretada por la cantante española Lucía Gil, porque es la hora de aplaudir a quienes se enfrentan a la COVID-19, a los médicos y enfermeras donde quiera que estén.
¡! NUESTRA EDUCACION ES PATRIA¡!
-1-
Ante la terrible pandemia
el curso escolar venceremos
pues el esfuerzo pondremos
para vencer la tragedia
desde la primaria a la media
se cumplirá feliz el curso
ya apreciamos el transcurso
de clases por televisión
una inteligente opción
que a todos activa el pulso.
-2-
En el Nivel Superior
el resultado es el mismo
se trabaja con optimismo
para concluir mejor
los universitarios con honor
tendrán la posibilidad
de cumplir con calidad
la defensa de graduados
cuando este Covid malvado
nos devuelva la tranquilidad.
-3-
Reconocer la solidaridad
de los Centros Educativos
es un gesto positivo
con sentido de amistad
muchos cuidan con bondad
a enfermos o contagiados
con un trato idolatrado
de profesores y estudiantes
en tarea tan importante
¡! Que el país ha encomendado ¡!.
—000—
EL POETA YUMURINO
26 de Abril de 2020
PUES AQUI EN MI CASA PASA TODO IGUAL QUE EN LA DE ESA FAMILIA.VIVIMOS EN CABAIGUAN,TENGO 2 HIJOS,ADRIANA DE 10 Y ALEJANDRO DE 8.COMO TODOS LOS INFANTES DE ESA EDAD SON INTRANQUILOS ,JUGUETONES Y TRAVIESOS.PASAN CASI TODO EL TIEMPO INVENTANDO COSAS Y HASTA HAN CREADO UN DUO,PARA ENTONAR ESAS CANCIONES QUE MAS SE HACEN POPULAR EN ESTOS TIEMPOS DE CORONAVIRUS.A LA HORA DE LAS CLASES LAS GRABAMOS Y AL FINAL RESOLVEMOS TODO,NO SIN ANTES UN POCO DE PROTESTAS POR AMBOS BANDOS AUNQUE AL FINAL SEDEN Y SE DAN CUENTA QUE ES MUY IMPORTANTE APRENDER CADA DIA UN POCO MAS.SIEMPRE LES DECIMOS QUE VAMOS A SALIR DE ESTA SITUACION PASE LO QUE PASE
Conozco a esos niños de cuando eran bien pequeños, mas bien desde la barriga donde se refugiaron, sucesivamente, antes de nacer. Qué bueno es saberlos igual de dinámicos, pero ahora ingeniosos y sumados al homenaje popular a quienes batallan por nuestra salud. ¡Saludos a Dailín, su mamá, y a sus abuelos David y Leydi!