La suspensión por Estados Unidos de los vuelos chárter hacia Cuba juega con las preocupaciones de los cubanos a ambos lados del estrecho de la Florida y sus necesidades de contactos con los familiares, afirmó este jueves Carlos Fernández de Cossío, director de EE.UU. de la Cancillería de Cuba.
Mediante un tuit publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba el directivo explicó que Cuba rechaza esta medida y la considera de escaso impacto práctico.
De acuerdo con un comunicado divulgado este jueves, se suspenderán todos los vuelos chárteres entre Estados Unidos y Cuba sobre los cuales el Departamento de Transporte ejerce jurisdicción, excepto aquellos públicos autorizados hacia y desde La Habana y otros privados autorizados para fines médicos de emergencia, búsqueda y rescate y otros considerados en interés del país norteamericano.
El propósito de la medida es continuar recortando los ingresos que el gobierno cubano obtiene de tarifas de aterrizaje, estadías en hoteles y otras ganancias relacionadas con viajes.
La entrada en vigor de la prohibición de vuelos al país incrementa los costos humanos y financieros de anteriores restricciones a los viajes, lo que afecta sustancialmente a las familias que viven en ambas naciones.
Con esta acción la comunicación entre el país norteamericano y Cuba queda limitada a vuelos comerciales de las compañías aéreas que tienen licencia para operar en la nación antillana, las cuales además solo pueden acceder al aeropuerto internacional de La Habana.
El 10 de enero último el Departamento de Transporte de EE.UU. notificó que en 60 días entraría en vigor la suspensión de vuelos chárteres públicos entre cualquier punto de esa nación y Cuba, con excepción del capitalino Aeropuerto Internacional José Martí, destino para el que impuso un límite de tres mil 600 vuelos de ida y vuelta.
En octubre de 2019 la Casa Blanca prohibió los vuelos regulares a todos los aeropuertos cubanos, con excepción del Aeropuerto Internacional José Martí, a lo que se le suma que en enero del presente año el Departamento de Transporte limitó el flete de vuelos a todas las ciudades cubanas fuera de La Habana.
Cuba y EE.UU. restablecieron vuelos directos el 31 de agosto de 2016,
cuando
una aeronave de la compañía estadounidense JetBlue Airways tocó suelo
en el Aeropuerto Internacional Abel Santamaría, en la provincia de Villa
Clara, tras despegar del aeropuerto de Fort Lauderdale, en La Florida.
Los anuncios se producen en un contexto complejo para Cuba y el mundo, como resultado del impacto de la COVID-19 en la economía mundial.
Fuentes diplomáticas señalan que durante este período de crisis
sanitaria
y económica la actual administración estadounidense ha impuesto más de
una decena de medidas contra la nación caribeña.
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