Protestas y ocupación de centros educacionales marcaron el inicio de la semana en Chile, donde está prevista la realización hoy y mañana de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), para ingresar a la enseñanza superior.
La Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones) y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Chile (Aces), que rechazan esa forma de evaluación por considerar que profundiza las desigualdades, llamaron a boicotear el proceso.
Al respecto, desde temprano se reportó la ocupación de varios de los 160 centros que a lo largo del país fueron seleccionados para la realización de la prueba, como ocurrió en municipalidades de Santiago de Chile, Valparaíso, Concepción, Puerto Montt, Copiapó y otras ciudades.
Por ello las pruebas que debían comenzar a las 09.00 hora local, y a las que están convocados casi 300 mil alumnos en todo Chile, fueron suspendidas o postergadas en centros ocupados por grupos de estudiantes y en algunos casos se cambiaron las sedes precipitadamente.
No obstante, el vicepresidente del Consejo de Rectores (Cruch), Aldo Valle, hizo un llamado a la tranquilidad y reafirmó el compromiso de esa entidad de garantizar ‘igualdad de condiciones’ a quienes realicen el examen.
Por su parte, el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, señaló que desde hace mucho ese gremio se opone a la PSU, por segregadora, sexista y clasista; pero respaldó la decisión del Cruch de no postergar nuevamente el examen.
Esta prueba ya fue pospuesta en dos ocasiones a consecuencia de las protestas populares que estremecieron al país desde el 18 de octubre.
Sobre esta situación, el presidente de las Juventudes Comunistas (JJCC) Camilo Sánchez, declaró que ‘la PSU tiene sus días contados’ y expresó el apoyo de esa organización a las protestas estudiantiles pues el alumnado no fue escuchado por las autoridades educacionales.
El presidente de las JJCC se sumó a las críticas a la PSU al considerar que el puntaje resultante de esa evaluación no mide las capacidades para estudiar una profesión, sino que reserva algunas carreras y universidades para estudiantes con más recursos, excluyendo a una gran mayoría más pobre.
Coincidió con las organizaciones estudiantiles de que la PSU reproduce la desigualdad del país y no es posible proponer un Chile más justo sin un nuevo sistema de acceso a la educación superior.
Asimismo estudiantes entrevistados por medios de prensa señalaron que acudieron a realizar la prueba porque ya estaba programada, pero al mismo tiempo la calificaron como una práctica que a su juicio no ofrece las mismas oportunidades a todos los alumnos.
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